Los partidos gobernantes de Alemania han decidido despojar al excanciller Gerhard Schröder de sus privilegios parlamentarios, a medida que crece la ira por su negativa a distanciarse del Kremlin a pesar de la guerra en Ucrania.
Schröder, un amigo cercano del presidente ruso Vladimir Putin, es presidente de la junta directiva del gigante petrolero ruso Rosneft y ha estado muy involucrado en Nord Stream 1 y 2, los controvertidos gasoductos que corren bajo el Mar Báltico desde Rusia hasta Alemania, sin pasar por Ucrania. .
Una moción conjunta de los gobernantes socialdemócratas, verdes y liberales demócratas libres, que será debatida por el comité de presupuesto del Bundestag el jueves, busca despojarlo de su oficina parlamentaria y personal.
Los partidos pedirán al gobierno que se asegure de que a los ex cancilleres no se les otorguen privilegios automáticamente, sino que los reciban solo si llevan a cabo tareas que dicen que son compatibles con su cargo.
“El comité de presupuesto determina que el excanciller Schröder ya no cumple con las obligaciones derivadas de su cargo”, dice la moción. “Por esta razón, [his] la oficina será cerrada”.
La moción no menciona la actitud de Schröder hacia Rusia y Putin. Los funcionarios dijeron en privado que querían evitar la impresión de que el excanciller estaba siendo castigado por sus controvertidas opiniones.
“Gerhard Schröder es solo un cabildero de las empresas estatales rusas y ya no está activo en nombre del gobierno alemán”, dijo Sven-Christian Kindler, portavoz de política presupuestaria de los Verdes. “La razón para otorgar al ex canciller cargos y personal se desvanece”.
Schröder, de 78 años, canciller de 1998 a 2005, fue criticado por una entrevista con el New York Times en abril en la que defendió sus estrechos vínculos con Rusia a pesar de su invasión de Ucrania. También dijo que no creía que Putin tuviera la culpa de los presuntos crímenes de guerra cometidos por las tropas rusas en lugares como Bucha, el suburbio del noroeste de Kiev, y solo dijo que “eso tiene que ser investigado”.
Tras los comentarios, Saskia Esken, líder de los socialdemócratas, pidió a Schröder que abandonara el partido. Ella dijo que durante años había estado actuando como un “hombre de negocios, y deberíamos dejar de verlo como un estadista mayor”. “Gana su dinero trabajando para empresas estatales rusas y la forma en que defiende a Vladimir Putin de la acusación de crímenes de guerra es francamente absurda”, agregó Esken.
Según la moción, aunque perderá su cargo en el Bundestag, a Schröder se le permitirá mantener su boydguard y su pensión. Una moción rival presentada por los demócratas cristianos de la oposición (CDU/CSU) buscaba despojar a Schröder de su pensión.
Markus Söder, primer ministro de Baviera y líder de la CSU, describió a Schröder en abril como un “viejo obstinado y extraño que se preocupa más por su propia cuenta bancaria que por la reputación de Alemania en el mundo”. “Eso es vergonzoso, una vergüenza para nuestro país”, continuó.
Schröder asumió el cargo de presidente de la junta directiva de Nord Stream AG poco después de dejar el cargo en 2005, una medida que resultó muy controvertida en ese momento. Desde entonces no ha hecho más que profundizar su implicación en el proyecto.