Cuando se verificó, el macho tenía un microchip y se llamaba Dexter. También se descubrió que la bestia había estado dando vueltas durante años en la prisión de Peterhead, una ciudad portuaria al norte de Aberdeen.
El personal de seguridad alimentó al vagabundo negro grisáceo con las sobras de la cocina y lo bautizó como “Joe el tuerto”. Según los informes, los guardias lo amaban y lo mimaban.
“Estamos muy contentos de que lo cuidaran bien durante el tiempo que estuvo desaparecido. Pero estamos aún más encantados de haber podido reunirlo con su dueño original, gracias al hecho de que su microchip está actualizado”, dijo a The Guardian Aimee Findlay, del Servicio Escocés de Protección de Animales.
El dueño estaba emocionado y encantado de volver a verlos. Ella le dijo a la “BBC” que el gato siempre ha sido del tipo “extrovertido”. “Nunca más supimos de él después de su desaparición y nunca esperábamos volver a verlo aquí”.
Ella intentará mantener en contacto a Dexter y sus fans en prisión.