¿Gato, dragón barbudo o nada? La familia se preocupa por saber qué mascota les conviene

El hijo IJsbrand (10), entonces lector entusiasta de la revista Freek Vonks, quería una mascota. Sus padres pensaban de otra manera, veían una mascota principalmente como una “molestia”, pero no querían privar a su hijo de nada. Los miembros de la familia llegaron a un compromiso: al cuidar primero de las mascotas de otras personas, querían investigar si un animal de compañía sería adecuado para ellos y qué tipo de animal de compañía les convenía.

Cuidaban los gatos, los peces y un dragón barbudo de otras personas. Estos animales fueron tachados de la lista y se les añadieron requisitos: ser mimosos y requerir menos cuidados que un gato. Los familiares pensaron que se trataba de una rata, pero después de entregársela a la hija (12) lo encontró aterrador. “Ratas grandes, ratas gordas, sólo esa cola”, dice Rinske. “Y luego ese olor.”

Otro roedor

Como IJsbrand estaba entusiasmado con estos curiosos roedores, la familia decidió probar con otro roedor: el conejillo de indias. Esta vez no fue la hija la que estaba aterrorizada, sino que los animales resultaron ser bastante tímidos. Por lo tanto, los niños mostraron poco interés, por lo que Rinske limpió la jaula, cambió el agua y les dio de comer. “Si algo así sigue así después de una semana, no augura nada bueno”.



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