Habrá otra manifestación en Grecia el miércoles debido al desastre mortal del tren hace una semana. Empleados del transporte público, docentes y personal hospitalario, entre otros, han dejado de trabajar. En la capital, Atenas, los manifestantes se enfrentaron con la policía. Tiraron bombas molotov y la policía disparó gases lacrimógenos.
Las grandes ciudades como Atenas y Tesalónica se ven especialmente afectadas por las huelgas, que provocan un caos en el tráfico. Muchas islas griegas son inaccesibles porque no hay transbordadores. Decenas de miles de manifestantes se han reunido en la capital.
Según la agencia de noticias Reuters unos 40.000 manifestantes. Gritaron «¡Asesinos!» y «¡Estamos todos en el mismo vagón!» Un grupo de manifestantes frente al edificio del parlamento arrojó cócteles molotov y piedras contra la policía. Los agentes respondieron disparando gases lacrimógenos. En Tesalónica, los manifestantes arrojaron piedras a un edificio del gobierno.
Los principales sindicatos de Grecia, que organizaron las huelgas, critican las políticas de privatización del gobierno. Esta política también ha tenido consecuencias para el ferrocarril. Desde el desastre, se ha prestado mucha atención al mal estado de los ferrocarriles griegos. Según los huelguistas, ha habido negligencia y escasez de personal durante años y las inversiones no llegan.
En el accidente del 28 de febrero, dos trenes chocaron de frente cerca de la ciudad de Larissa. Hubo 57 muertes. Se dice que el jefe de la estación de Larissa dejó que los trenes circularan por la misma vía y está siendo procesado, entre otras cosas, por homicidio culposo, según los medios griegos. El periódico Kathimerini informa que tres compañeros también pueden ser imputados.