Los miedos de Europa
La paralización definitiva de los flujos de gas por parte de Moscú es un miedo, en algunos casos ya convertido en una realidad, con la que están lidiando todos los países europeos. No solo por el miedo a quedarse en el frío, sino también por el inevitable fuerte impacto en la economía. La crisis energética es grave. Y requiere una respuesta común de Europa que permitirá reducir los costes energéticos para familias y empresas”, insiste von der Leyen.
En la dificultad, sin embargo, también podría surgir una oportunidad, subrayó el gobernador del Banco de Italia Ignazio Visco: “Vivimos un momento muy difícil de altos precios de la energía y riesgos de racionamiento, pero no debemos perder el mínimo de oportunidades”. que los altos precios tienen” su utilidad “para acelerar la transición” energética, subrayó, oponiéndose a un no firme a las peticiones de vuelta a los combustibles fósiles.
En Italia, el suministro de gas ruso en comparación con el total había sido durante algún tiempo inferior al 10%. La suspensión de los suministros a Tarvisio, donde llega el gasoducto Trans Austria (Tag), no cambia, por tanto, la situación de forma significativa.
Al menos en esta época en la que las temperaturas siguen siendo suaves en todo el país.
El plan de expansión de Eni
Sin embargo, la parada hace que sea cada vez más urgente implementar el plan llevado a cabo por Eni para la mejora y diversificación de los suministros de gas para reemplazar los más de 20 mil millones de metros cúbicos al año importados de Moscú hasta el año pasado. Suministros adicionales a través de los oleoductos ya están llegando desde Argelia.