El gabinete está investigando la posibilidad de abandonar la contracción anunciada en Schiphol. El año pasado, el Ministro Harbers de Infraestructura y Gestión del Agua decidió que el número máximo de vuelos en el aeropuerto debería reducirse de 500.000 a 440.000 al año debido al ruido. En lugar de reducir, Harbers ahora propone reducir aún más la cantidad de vuelos nocturnos y reducir las molestias del ruido con aviones más silenciosos.
La propuesta de abandonar la contracción de Schiphol, en combinación con una disminución en el número de vuelos nocturnos, es una de las tres opciones que el Ministro Harbers quiere presentar a los residentes locales, grupos de interés, aerolíneas y el propio aeropuerto. En esta propuesta, el número de vuelos nocturnos podría reducirse de 32.000 a 25.000 por año.
En las otras dos propuestas, Harbers mantiene una reducción a 440.000 vuelos anuales, una reducción limitada de los vuelos nocturnos y una ampliación del periodo que se considera nocturno. Buitenveldertbaan debería cerrarse más a menudo y debería restringirse el uso de Aalsmeerbaan, Zwanenburgbaan y Schiphol-Oostbaan.
Esta supuesta consulta, en la que se solicita la opinión de las partes interesadas, forma parte de un procedimiento europeo que debe seguir el gabinete antes de que se pueda hablar de contracción en Schiphol. El consulta por internet comenzó hoy y se extenderá hasta el 15 de junio. El ministro Harbers tomará entonces una decisión que presentará a la Comisión Europea.
A los tribunales
Las aerolíneas no están esperando el procedimiento europeo y acudirán a los tribunales la próxima semana para impugnar la contracción anunciada en Schiphol. KLM, Transavia, todas las aerolíneas americanas, Air Canada, British Airways y la española Vueling, entre otras, quieren que el tribunal prohíba la merma.
Experimento
El gabinete también quiere experimentar con una distribución diferente del ruido de los aviones en las cercanías de Schiphol, para averiguar si la reducción se puede limitar a 460.000 vuelos por año. Los residentes locales llamaron a este experimento un ‘verdadera pesadilla‘.