El acuerdo sobre Ucrania sancionado en presencia de Volodymyr Zelensky, el acuerdo sobre Gaza y la propuesta de mediación estadounidense para el alto el fuego y hoy la llegada del Papa Francisco -completamente inédita- que hablará sobre inteligencia artificial en la sesión de divulgación. Ciertamente, no faltan titulares para este G7 liderado por Italia, que, sin embargo, también se ve afectado por el choque (ahora evidente) entre Giorgia Meloni y Emmanuel Macron, cuya escoria está destinada a extenderse incluso hasta el último día hábil de la cumbre. El tema de la disputa: el reconocimiento del derecho al aborto que ya había animado la víspera y que fuentes cercanas al primer ministro se limitaron en un primer momento a definir como “crema batida”.
El distanciamiento de Macron con Roma
Pero cuando ayer el presidente francés dio consistencia a esta crema, el peso específico de la cuestión cambió. “Lamento” que “la palabra haya desaparecido”, dice Macron, volviendo a reiterar la tesis del blanqueo, que fuentes muy cercanas al primer ministro siempre han negado, y marcando así la distancia con Roma. “Hay sensibilidades diferentes”, afirmó el jefe del Elíseo, recordando que Francia ha incluido el derecho al aborto en la Constitución.
La reacción italiana
Estas declaraciones de Macron en uno de los momentos clave del día, inmediatamente después de la foto de familia con todos los periodistas apiñados alrededor del presidente francés. En ese momento, Meloni decide reaccionar lanzando a su vez palabras no menos duras a la prensa con las que, después de haber tildado de “engañosa” la polémica sobre la presencia o ausencia de la palabra aborto, acusa efectivamente al presidente francés de utilizar el escaparate. del G7 “para hacer campaña”, en referencia al inminente regreso a las urnas en Francia pero también a la dura derrota sufrida por el presidente el domingo 9 de junio.
El partido de la comisión de la UE
De hecho, en el Palazzo Chigi están convencidos de que Macron está “montando crema” con el objetivo de provocar una reacción contra su principal oponente: Marine Le Pen, es decir, que Macron ataca al primer ministro italiano para provocar una reacción contra su verdadero oponente y es decir, el líder del Rassemblement nacional. Mientras tanto, sin embargo, también es necesario decidir quién será el próximo presidente de la Comisión de la UE. Y si hay una persona que ciertamente no aplaudió los duros vaivenes entre Roma y París es Ursula von der Leyen, presidenta saliente y candidata a un bis, que debería ser nominada por el Consejo Europeo de los próximos 27 y 28 de junio. Hoy entenderemos si esta distancia está destinada a profundizarse. Ciertamente, la postura del primer ministro en la cena oficial en el Castillo de Suabia en Brindisi tras la llegada de Macron no augura nada bueno.