Fynn Kliemann finaliza el proyecto de una casa flotante con Olli Schulz


Comenzaron su proyecto en 2018 y ahora Olli Schulz continúa solo.

Hace seis años, Fynn Kliemann y Olli Schulz se unieron para comprar y renovar la antigua casa flotante de Gunter Gabriel, fallecido en 2017. El proyecto ya se ha completado con éxito y el barco musical resultante está listo para su uso, pero las cosas todavía no pintan del todo bien para la compañía de los dos cantantes. Ahora Olli Schulz ha anunciado que Fynn Kliemann dejará el asunto.

¿Que pasó exactamente?

Cuando el cantante y compositor Gunter Gabriel murió a la edad de 75 años, dejó atrás su casa flotante en la que había pasado los últimos 20 años de su vida. Después de su muerte, su hija Yvonne Koch pidió comprarlo. Schulz y Kliemann se reunieron y lo compraron, con la esperanza de devolverle su antiguo esplendor con unas sencillas tareas de mantenimiento. También documentaron todo su proyecto, desde la compra de la casa de agua original hasta el resultado final, en el documental de Netflix “The Houseboat”.

Tráiler del documental “La Casa Flotante”:

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Altos costos, Corona y el escándalo de Kliemann con “Global Tactics”

Su plan sólo funcionó parcialmente, porque el proyecto resultó ser mucho más difícil y, sobre todo, más caro de lo que se pensaba. Sin embargo, ambos tenían el objetivo en mente: crear un “refugio para personas creativas”, que incluyera un estudio de grabación y alojamiento para pasar la noche. Aunque ya no lo parecía, terminaron el “barco musical” y encontraron un lugar para estacionarlo en el distrito Rothenburgsort de Hamburgo. Podría haber sido muy bonito, pero desgraciadamente aún no se ha conseguido el éxito esperado. Una vez finalizado, la pandemia frustró sus planes y luego el escándalo de las máscaras de Fynn Kliemann.

A principios de mayo de 2022, el influencer y su empresa textil “Global Tactics” fueron atacados. En un número de la revista ZDF Magazine Royale de Jan Böhmermann Reveló algunos de los antecedentes de la producción de máscaras de la compañía. En resumen, planteó la cuestión de si en 2020 se ocultó intencionadamente el país de producción de las mascarillas en un acuerdo comercial con un mayorista: procedían de Asia y no de Europa, como se afirma. La fiscalía investigó el caso y cerró el proceso en 2023, y Fynn Kliemann tuvo que donar una multa de 20.000 euros a una institución benéfica.

Olli Schulz entre las sillas

En aquel entonces la situación era difícil para Olli Schulz, ya que mantenía relaciones comerciales y amistosas tanto con Kliemann como con Jan Böhmermann. Con este último graba desde hace varios años el podcast conjunto “Fest & Fluschig”. En una entrevista con el “TiempoSchulz nos explica ahora su dilema, su opinión sobre el conflicto y por qué su compañero de casa flotante abandona el proyecto.

Él mismo conoció la publicación de Böhmermann una semana antes del escándalo. “Jan me llamó una semana antes del espectáculo y me dijo que algo se avecinaba”, explica el hombre de 50 años y continúa: “Entonces avisé a Fynn. No creo que ninguno de los dos luciera bien haciéndolo. No creo en criticar a la gente, aunque esté justificado”.

¿Que sigue?

Mucha gente sabía que estaba estrechamente relacionado con ambos y esperaban una declaración. Schulz informó entonces en Instagram con estas palabras: “¿Sabes realmente qué tienen en común Jan Böhmermann y Fynn Kliemann? “Los he visto a ambos llorar en la cocina. También vio lo que semanas de presión pública pueden afectar a la gente”. “Es malo y realmente no se lo deseo a nadie”, finaliza su comunicado.

El tiempo tampoco parece curar todas las heridas, la reputación de Kliemann no se recupera realmente de la revelación, por lo que Schulz y su “barco musical” al final también sufren. El periódico Hamburger explica que “las reservas se han derrumbado desde el escándalo de las máscaras en Fynn” y que el antiguo operador de “Kliemannsland” se marchará. Ninguno de los dos sabe si ésta es la solución al problema. Olli Schulz tampoco está del todo seguro de cómo seguirán las cosas. Lo único que sabe es: “Me sangraría el corazón si tuviera que venderlo. Siempre he soñado con una casa flotante y disfruto pasar tiempo allí”.



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