Fuegos artificiales de siete goles en Manchester

Los magos del fútbol del Manchester City mostraron al Real Madrid, ganador récord, los límites en una noche impresionante de la Liga de Campeones y pueden volver a soñar con la final. El equipo del entrenador estrella Pep Guardiola derrotó a la realeza en un espectacular partido de ida de semifinales 4: 3 (2: 1). Un empate es suficiente para el City en el partido de vuelta del miércoles en París en su camino a la final el 28 de mayo en París.

Los destacados Kevin De Bruyne (2º), Gabriel Jesus (11º), Phil Foden (53º) y Bernardo Silva (74º) anotaron para los finalistas del año pasado, que desperdiciaron muchas otras buenas ocasiones. Riyad Mahrez falló en el poste (48º).

Los goles del delantero estrella Karim Benzema en su partido 600 con la Real (33 y 82, penalti con la mano) y Vinicius Junior (55) mantuvieron vivas las esperanzas del Madrid de su 14º triunfo. «La derrota nunca es buena, pero lo más importante es que nunca nos rendimos. Necesitamos a la afición como nunca antes en el Bernabéu y vamos a hacer algo mágico», dijo Benzema.

52.500 aficionados transformaron el Etihad Stadium en un mar de banderas blanquiazules al son del clásico de los Beatles «Hey Jude». Contrariamente a su estilo, Guardiola prescindió de las payasadas tácticas, e inicialmente con Ilkay Gündogan. El City empezó muy fuerte sin él: Toni Kroos estaba demasiado lejos del centro Riyad Mahrez, De Bruyne cabeceó a los 93 segundos.

Tras un centro del belga, el jefe de la defensa madridista David Alaba, que se había recuperado a tiempo de unos problemas en los aductores -posiblemente irritado por la cercanía de Kroos- pateó el balón por encima del balón. Jesús no dudó mucho desde los cinco metros, 2-0.

El City se puso frenético, para disgusto de Guardiola, que más tarde incluso vio una tarjeta amarilla por quejarse, pero falló el tercer gol varias veces. Alaba dio a los invitados la primera señal de vida con una cabeza (30).

Benzema se alzó con el 911 en

Los miembros de la realeza extrañaron mucho a su mordedor del mediocampo Casemiro, quien estaba enfermo en el banquillo. Pero podía confiar en Benzema: el francés convirtió un centro desde once metros después de que Luka Modric había ganado el balón: su octavo (!) gol en los octavos de final y el 13 en la general en la categoría reina.

Guardiola tuvo que hacer cambios poco después: John Stones, que defendía por la derecha del lesionado Kyle Walker, se fue cojeando (36′). Le sustituyó Fernandinho, que suele jugar de mediocampo y se veía muy mal en el 2-3.

En el Real, Alaba se quedó en la cabina durante el descanso, y Kroos pronto buscó una conversación con el técnico Carlo Ancelotti: los huecos en el centro del campo eran demasiado grandes, el Real no presionaba en absoluto. Ni siquiera Kroos, que no cortó una buena figura ni con el cuarto gol. Pero tras la mano de Aymeric Laporte, Benzema volvió a pegar de penalti.



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