El ciclista discutió con un hombre vinculado al régimen fascista. Luego fue encontrado en el suelo en circunstancias misteriosas: un secreto que su esposa, Catina Zambon, guardó en secreto hasta el final.
Ottavio Bottecchia permaneció doce días tendido en una cama del hospital de Gemona, entre delirios y algunos destellos de lucidez, ante la mirada desesperada de su esposa Caterina Zambon, conocida como Catina. Logró murmurar algunas palabras. «Fue una enfermedad. Una enfermedad… Una enfermedad…». Y ella, extendiendo su mano cariñosa para secarle el sudor y tratando de tranquilizarlo, respondió que «sí, una enfermedad… Era una enfermedad…». Luego, exhausto por el dolor, ya inconsciente, el 15 de junio de 1927 Ottavio se quedó dormido para siempre, a la edad de 33 años, legando a su Catina ese sustantivo de seis letras que ella, fiel por la eternidad, legó a la historia: la enfermedad.