Fue interesante este fin de semana cómo la solidaridad y el liderazgo fallido se manifestaron en nuestras propias transmisiones deportivas.


Alex Mazereeuw

Fue un fin de semana de bajas en la cobertura deportiva televisiva. Especialmente en Inglaterra, la telenovela tenía que ver con el fútbol. Partida del día se salió de control de una manera sin precedentes. El presentador Gary Lineker había criticado personalmente el lenguaje utilizado en la política de refugiados británica en Twitter, lo que llevó a la BBC a exigir una disculpa. Lineker se negó y fue suspendido temporalmente. Prácticamente todos sus compañeros se solidarizaron posteriormente, lo que obligó a la BBC a emitir los resúmenes de fútbol de este fin de semana de la forma más básica imaginable: sin anuncios, sin comentarios y sin análisis. Era una televisión absurda, y un ejemplo perfecto de una emisora ​​que había fracasado en todas las formas posibles: aquí un gran programa deportivo había sido relegado a comida chatarra preparada sin amor por la censura y la incompetencia administrativa.

En la superficie, el caso Lineker y la cultura laboral tóxica en NOS Sport tenían poco que ver entre sí. Aún así, fue interesante ver el sábado por la noche cómo surgieron temas como la solidaridad y el liderazgo fallido en nuestras propias transmisiones deportivas. Pero aquellos que habían evitado las noticias este fin de semana vieron un fin de semana deportivo perfectamente normal. Sí, vamos a ver FC Emmen-Excelsior, y hurra: ¡las mujeres holandesas de pista corta habían vuelto a dominar! ¿Dónde está el champán?

Sjoerd van Ramshorst en NOS Studio Sport Eredivisie.Imagen NOS

Un extenso mea culpa en las noticias deportivas puede no haber sido del todo apropiado, pero había algo incómodo en simplemente volver a los negocios después de todas las revelaciones. Ese inconveniente fue causado en parte por la actitud cobarde de los editores en jefe de NOS Sport, quienes anunciaron que ‘dimitirían a su debido tiempo’ en respuesta a las revelaciones. Renunciar de inmediato no era una opción, porque ‘había que garantizar la continuidad de la cobertura deportiva’.

La cobertura deportiva ciertamente fue consistente, pero la actitud del editor en jefe dejó en claro cuánto está mal dentro de la cultura de NOS Sport. Aquí, un editor en jefe había fallado miserablemente en garantizar la seguridad de sus empleados. Cualquier opción que no sea la renuncia inmediata es un gran dedo medio para cualquiera que se haya sentido inseguro en la oficina editorial en los últimos años. En tal situación, la ‘continuidad’ de la cobertura deportiva no es más que una tonta excusa para eludir la propia responsabilidad. Humberto Tan, quien ha trabajado para NOS Sport durante muchos años, lo resumió perfectamente en su programa de entrevistas el sábado por la noche: ‘Si una cultura está tan arraigada en una organización, no se llega reorganizando las estructuras. Entonces está tan profundo en los poros que también tienes que seleccionar a las personas.’

En la BBC, la continuidad de la cobertura deportiva desapareció por completo el sábado por la noche, pero la solidaridad mutua fue finalmente la gran ganadora. Quizás una transmisión tan básica en el NOS no hubiera estado fuera de lugar, como una declaración de solidaridad con todos los empleados que fueron víctimas de la roca del mono. No fue así, porque ganó la ‘continuidad’. Pero la experiencia visual? Ya estaba arruinado.



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