La medida surge en la lucha contra el calentamiento global. Incluso si se utiliza energía verde, ya no se permite la calefacción en el área pública al aire libre.
Las infracciones darán lugar a una multa de hasta 1.500 euros para particulares y 7.500 euros para empresas a partir del 30 de junio. De repetirse, puede ascender a 3.000 y 30.000 euros respectivamente.
Los calentadores de patio ya están prohibidos en algunos municipios franceses, pero los bares y restaurantes con terrazas completamente cubiertas aún pueden calentarse o enfriarse. Las terrazas en propiedad privada no están cubiertas por la prohibición.
La principal patronal del sector de la restauración lamenta la decisión y asegura que los empresarios han invertido mucho en terrazas para compensar la prohibición de fumar en el interior.