Los desacuerdos comienzan con la lectura de los resultados electorales. En el campo de izquierda ven un mandato gubernamental claro y están molestos con Macron por no nombrar a la primera ministra propuesta, Lucie Castets. El presidente, por otro lado, indica que el electorado quiere cooperación más allá de las fronteras de los campos políticos y, por lo tanto, sus fuerzas centristas también deberían ser parte de la fuerza gubernamental.
Será difícil para el jefe de Estado francés aprovechar el actual viento de cola y no perder el impulso olímpico. Si el país vuelve a hundirse en el caos político, la euforia actual desaparecerá tan rápido como llegó.
Los Juegos Olímpicos podrían proporcionar orientación a Francia en esta crisis política. Un secreto del éxito de estos juegos fue que el Palacio del Elíseo de Macron trabajó en estrecha colaboración con la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, del Partido Socialista, a pesar de que las diferencias políticas entre los dos son muy grandes. Esto podría ser una indicación de la dirección que pueden tomar las cosas en las próximas semanas. Los Juegos Olímpicos y la cohesión nacional que ha surgido podrían ser un modelo para un gobierno de cohesión nacional que supere las divisiones políticas entre los partidos burgueses.
Para lograrlo, Macron también tendría que estar más dispuesto a llegar a acuerdos, según creen también funcionarios de su propio partido. La viceministra de Agricultura, Agnès Pannier-Runacher, también está presionando para que su propio bando haga concesiones. Y la ministra de Igualdad, Aurore Bergé, incluso admite: “Tenemos que afrontar los resultados de las elecciones parlamentarias y mostrar mucha humildad. Eso también significa que el próximo primer ministro no puede salir de nuestras filas”. Los ministros asociados forman parte del gabinete de Macron pero reportan a otros ministerios.
Una cuestión crucial será quién encabezará el próximo gobierno como primer ministro. Además del elenco presentado por la izquierda, el presidente regional conservador Xavier Bertrand, el ex primer ministro Bernard Cazeneuve y el ex ministro de Asuntos Exteriores francés y más tarde comisario de la UE, Michel Barnier, son considerados primeros ministros potenciales. Pero como ocurrió recientemente con el primer ministro Gabriel Attal, Macron también podría sacar de la chistera un candidato sorpresa.
Entonces, ¿cómo sería un posible gobierno? El objetivo del campo de Macron podría ser al menos separar a los socialistas, verdes y comunistas de su alianza con la populista de izquierda La France Insoumise. No está claro si la alianza de izquierda podrá dividirse ahora tras su éxito electoral. A pesar de toda la euforia olímpica, Macron espera un esfuerzo político. La pelota está –para seguir en el lenguaje del deporte– en el campo del presidente. Su indulto ha terminado.