Los franceses chocaron con la Comisión Europea cuando presentaron para su aprobación el nuevo diseño de sus billetes de 10, 20 y 50 céntimos de euro. Cada quince años, los países de la eurozona pueden ajustar el lado “nacional” del dinero, pero existen reglas estrictas para ello.
Una fuente anónima del Ministerio de Economía francés dice a político que el banco central había comenzado a acuñar las nuevas monedas en noviembre, antes de que la Comisión aprobara el diseño. Resulta que se ha topado con el diseño de las estrellas de la bandera de la UE.
El fiasco no debería tener consecuencias para los contribuyentes franceses. El Banco Nacional es una empresa pública independiente y, por tanto, debe pagar los costes de su propio bolsillo. El aspecto de las nuevas monedas seguirá siendo un secreto hasta la primavera.