El Eintracht Frankfurt ha hecho magia en el caldero andaluz y sueña con noches aún más mágicas. El Eintracht ganó su partido de ida de octavos de final de la Europa League en el Betis Sevilla el miércoles 2-1 (2-1) y puede llegar a los cuartos de final con un empate el próximo jueves.
Miles de aficionados del Frankfurt celebraron los goles de Filip Kostic (15º), que prácticamente cruzó el balón a la red, y de Daichi Kamada (32º) en el atmosférico Estadio Benito Villamarin. Los japoneses contrarrestaron inmediatamente el empate interino del campeón del mundo francés Nabil Fekir (30º) tras un mal paso en falso del Betis. Rafael Borré (52º) también falló un penalti de mano.
“Estoy muy orgulloso”, dijo el portero Kevin Trapp en “RTL +”. “Cuán dominantes éramos, cuán confiados estábamos, es casi una pena que no hayamos ganado más alto”.
El impresionante estadio, casi sin restricciones de corona, sol: fue un paraíso no solo para los al menos 5000 fanáticos de Eintracht a quienes les encantaba cantar. Él mismo estaba “ahí como un niño pequeño, estoy muy feliz”, adelantó el entrenador Oliver Glasner.
Sin embargo, el partido número 138 de la Copa de Europa en la historia del Eintracht fue complicado. Con una presión asombrosamente alta, los Frankfurters intentaron desestabilizar al fuerte Real Betis Balompié, sorteado en 3-4-3. La ventaja vino de ganar el balón: un centro de Kostic entre un centro y un remate a puerta se hundió perfectamente en el córner.
El Betis se sintió obligado a pasar a la ofensiva, el Eintracht se retiró un poco de buena gana: estuvo compacto y seguro con el once en la victoria más reciente por 4-1 en el Hertha BSC. Fekir en el mediocampo central del Betis aún no irradiaba el peligro habitual. Pero luego hizo su primer movimiento exitoso desde la derecha con la izquierda, pero Kamada inmediatamente cerró la tapa del caldero burbujeante después de un pase perfecto de Jesper Lindström.
Frankfurt pierde numerosas grandes oportunidades
Eintracht se mantuvo muy concentrado defensivamente, pero Borré volvió a traer a la multitud al juego con su débil penalti. El veterano portero sevillista Claudio Bravo, que ya había sido pitado por su propia afición por la incertidumbre, desvió con facilidad el tiro flojo del colombiano.
Kostic (62’/90’+3′) y nuevamente Borré (65’/67′) desperdiciaron más ocasiones importantes, por lo que el Eintracht no logró eliminar al estimado quinto español en la tabla en el partido de ida. El Betis siguió decepcionando, incluso la perspectiva de una “media” final en casa no parecía desencadenar ningún poder especial.
La final se jugará unos kilómetros al norte el 18 de mayo en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán del archirrival del Betis y ganador del récord de la Europa League, el Sevilla FC. “Por supuesto que todos deseamos volver a viajar aquí pronto”, dijo Borré.