Taylor, de 26 años, y su novio estaban durmiendo cuando los agentes derribaron la puerta principal de su casa a patadas. El amigo de Taylor pensó que era un intruso y disparó contra los oficiales. Tres de ellos respondieron con una lluvia de balas. Taylor recibió seis balas.
Según los fiscales, el oficial Brett Hankison disparó hasta diez veces sin herir a nadie. Motivo para que el fiscal lo procese por exceso de fuerza. Se habían hecho intentos anteriores de procesarlo por poner en peligro a los vecinos de Taylor. Fue absuelto de esto el año pasado.
Hankison es el único de los oficiales que dispararon que enfrenta cargos criminales.
El año pasado, otra ex oficial, Kelly Goodlett, admitió que ayudó a falsificar la orden de registro en la que se basó la redada después del tiroteo. También dijo que mintió a los detectives que investigaron el caso. El año próximo se juzgará a dos agentes más bajo sospecha de obstrucción de la investigación.