Max Verstappen recibió penalizaciones de tiempo por su estilo de conducción en la carrera de México. Ahora la tecnología está frustrando los planes del campeón del mundo.
Max Verstappen tiene que aceptar el siguiente revés antes de las primeras vueltas en el mítico circuito de Fórmula 1 de Interlagos, Brasil. El Red Bull del tres veces campeón del mundo necesita un nuevo motor, pero el equipo de Verstappen ya ha superado el límite. Por lo tanto, retrocederá cinco puestos en la parrilla de salida de la carrera de este domingo (18:00 horas en el teletipo en directo de t-online).
“No podemos evitar un cambio de motor en Brasil, con la correspondiente penalización”, escribió el asesor de deportes de motor de Red Bull, Helmut Marko, en su columna en el portal interno speedweek.com. Para Verstappen, de 27 años, esto también significa que probablemente tendrá que alcanzar y adelantar nuevamente en carrera para evitar que la ventaja sobre Lando Norris de McLaren, actualmente de 47 puntos, se reduzca aún más.
Sin embargo, dado que los dos rivales de la Copa del Mundo ya se han estorbado en las pistas varias veces este año y Verstappen recibió recientemente dos penalizaciones de tiempo y dos puntos de penalización por su conducción y defensa intransigentes, cada nuevo duelo entre el holandés y el británico se convierte en oferta más explosiva.
“Tiene que hacerlo así porque el coche no es lo suficientemente bueno. Hace lo que sea necesario para ganar el título”, dijo el padre Jos Verstappen sobre el estilo de conducción de su hijo y añadió con vistas a que los comisarios de carrera le impongan sanciones: ” No va a cambiar su estilo de conducción sólo porque hay algunos comisarios a los que no les agrada”.