Puntualmente, como casi todos los gobiernos, llegan nuevos procedimientos para acelerar el gasto de los fondos de cohesión. El decreto sobre «las políticas de cohesión y el relanzamiento de la economía en las zonas del sur de Italia», aprobado ayer en el Consejo de Ministros, refuerza el control del Palacio Chigi, con competencias ampliadas para el Departamento de Políticas de Cohesión (en el que ya se espera que el ‘Agencia de Cohesión), y nuevas cláusulas sobre la desfinanciación de proyectos que las administraciones no podrán gastar en los plazos establecidos. Al mismo tiempo, para mejorar la eficiencia de las AP llamadas a gastar los recursos, según el último borrador circulado ante el Consejo de Ministros, se pondrá en marcha un sólido plan de contratación permanente financiado con 572 millones de fondos de la UE: hasta 2.129 unidades en Basílicata, Calabria, Campania, Molise, Puglia, Cerdeña y Sicilia para Regiones, Municipios y Provincias y hasta 71 para el Departamento de Palazzo Chigi.
El Fondo de Desarrollo y Cohesión (FSC), reserva de recursos nacionales para la reducción de las brechas territoriales con un presupuesto de 50 mil millones hasta 2030, mantendrá la distribución actual, es decir, el 80% en el Sur y el 20% en el Centro y Norte. La ley presupuestaria para 2021 (gobierno Conte II) había vinculado el uso de los recursos, como prioridad, a las acciones e intervenciones previstas en el Plan Sur 20230, elaborado por el entonces ministro del Sur, Giuseppe Provenzano. El decreto aprobado ayer establece que la asignación del FSC se utilizará para iniciativas y medidas definidas por el Ministerio de Asuntos UE, Sur, Cohesión y Pnrr, dirigido por Raffaele Fitto, y para la aplicación de los Acuerdos de Cohesión que el mismo ministerio deberá firmar tanto con los demás ministerios, para las intervenciones a nivel estatal, como con las regiones individuales. No es una novedad, sino una revisión de los planes de desarrollo y de cohesión ya previstos en el presupuesto de 2021. Pero el Palazzo Chigi, a través del Departamento de Políticas de Cohesión, tendrá un papel central en la definición de los Acuerdos, mientras que el PSC tendrá un papel decisivo la Agencia de Cohesión y una sala de control interministerial. En cambio, el Cipess, a propuesta del Ministro del Sur y previa consulta a la sala de control, asignará los recursos del Fondo eventualmente destinados a las administraciones centrales y a las Regiones y provincias autónomas. Para agilizar el gasto se abrirán cuentas especiales a nombre de las administraciones regionales encargadas de las intervenciones a las que se destinarán los recursos, que en todo caso serán entregados por el Ministerio de Economía.
El decreto, que confirma el uso de los fondos en coherencia con las políticas del Pnrr (ya previstas), establece detalladamente los capítulos que deben contener los Acuerdos, desde la especificación de las intervenciones, hasta el cronograma, desde las mutuas Compromisos con el plan financiero de anualidad. Y describe en consecuencia los casos de desfinanciación. El incumplimiento de la hoja de ruta anual y líneas de acción indicadas en el Acuerdo dará lugar a un desfinanciamiento correspondiente a la diferencia entre los pagos realizados y los recursos no utilizados. La no provisión de gastos relacionados al sistema nacional de seguimiento de proyectos también dará lugar al desfinanciamiento y, al mismo tiempo, la omisión será evaluada a los efectos del pago del bono de desempeño a los gestores responsables. Se prevé entonces una publicación más amplia de los documentos de programación en el portal OpenCoesione y se regula el mecanismo que permite a las administraciones obtener anticipos. La solicitud de reembolso o saldo podrá presentarse sólo si los costos de implementación son al menos iguales a la mitad de los recursos anticipados.
La disposición lanzada por el Consejo de Ministros interviene también en otros ámbitos. Por ejemplo, para las áreas internas, que todavía están cambiando: se crea una sala de control en el Palazzo Chigi que deberá aprobar un nuevo plan estratégico nacional en un plazo de dos meses. Los municipios que forman parte del mismo deberán gastar las aportaciones que hayan recibido antes del 31 de diciembre de 2025, de lo contrario se activará la desfinanciación. También se han fijado límites para los contratos de desarrollo institucional, los llamados CIS, que pueden estipularse exclusivamente para la ejecución de intervenciones por un valor total de al menos 200 millones de euros y un valor unitario no inferior a los umbrales de relevancia europea establecidos por el Código de Adquisiciones.