El 4 de noviembre en el Maracaná, ilustres mayores de treinta años disputarán la 64ª Libertadores: los hay que persiguen un título inédito y los que, sin embargo, aspiran incluso al “tres del mismo tipo”.
El triunfo de la experiencia y la tenacidad. Pase lo que pase el sábado por la noche entre Fluminense y Boca Juniors, protagonistas de la 64ª final de la Copa Libertadores prevista en el Maracaná de Río de Janeiro, seguirá siendo válido el viejo dicho según el cual “el pollo viejo hace un buen caldo”. Ya sean los brasileños que suben a la cima del continente, buscando su primer título después de perder la final en 2008, o los argentinos, que aspiran a su séptimo triunfo para igualar el récord de Independiente, inevitablemente tocará celebrar un grupo numeroso de personas de más de treinta años y, en algunos casos, incluso de más de cuarenta.