SEXY, suave e impactante es lo que asocio con Proud Cabaret, pero lamentablemente este espectáculo solo los tiene con moderación.
La última producción del equipo de Proud Embankment es un espectáculo bastante PG llamado Flirty Dancer.
Cuenta aproximadamente la historia de Dirty Dancing, que trata sobre una niña (Baby) que se enamora del profesor de baile chico malo de los resorts (Jonny Castle).
Si buscas una salida nocturna atrevida, te sugiero que sigas buscando.
Los personajes principales de la noche a la que asistí estaban siendo interpretados por los suplentes Thomas Brackley y Emma Rose.
Dado que fueron arrojados a sus respectivos roles en el último minuto, se las arreglaron bien.
Ambos son bailarines experimentados y los he visto en programas anteriores de Proud.
Pero la química que esperaría entre los protagonistas románticos lamentablemente no estaba allí; no tengo ninguna duda de que si hubieran tenido tiempo de preparación probablemente lo habrían estado.
Si bien algunos actos incorporados en el programa son impresionantes, no necesariamente encajan en la trama general.
Las hermanas Seifert son simplemente increíbles artistas aéreas que muestran su habilidad para desafiar la gravedad con facilidad.
Entrelazadas, las hermanas de aspecto casi idéntico se mueven sin problemas de un truco a otro sin perder un solo ritmo.
También aumentó el ritmo cardíaco el acróbata Matt Smith, el instalador residente en el lugar.
Mostró sus abultados bíceps y su fuerza, inclinándose de un lado a otro sobre un diminuto pedestal.
Matt apareció como un acto en el programa de talentos del resort al igual que Jessicats, quien realizó la rutina atrevida de la noche con su striptease burlesco.
Emily Winters sorprendió a la audiencia con su increíble acto de colgar el cabello, que debe ser incluso más doloroso que lo hermoso que se ve.
La mejor parte de toda la nota fue Aidan Saddler, que es tan carismático que podía convencerme de casi cualquier cosa. Aparecen como el dueño del resort.
Desde voces espeluznantes hasta salpicar al público con sus púas y bromas, ellos solos mantuvieron mi fe en el programa.
Sin embargo, ver a un payaso semidesnudo hacer trucos de magia no estaba en mi lista de deseos, y no puedo decir que me emocionó verlo.
Mi mayor queja con el programa fue la cantidad de actores que tenían ropa interior visible debajo de la lencería, ya que va en contra de la estética del cabaret.
Varias de las chicas también tenían la parte superior de sus mallas visibles cuando usaban leotardos de tiro alto.
Espero que la próxima encarnación vuelva a ser el tipo de éxito candente por el que amo a Proud Cabaret.
Bailarina coqueta
Proud Embankment, Londres
★★★