Finlandia cerrará tres de los cuatro puestos fronterizos con Rusia que aún estaban abiertos. El país también ha pedido ayuda a la agencia de guardia de fronteras de la Unión Europea, Frontex, debido al aumento del número de inmigrantes indocumentados procedentes de Rusia.
Helsinki sospecha que Moscú está orquestando una crisis migratoria. “El gobierno ha decidido hoy cerrar nuevos puestos fronterizos. Sólo queda abierto el puesto de Raja-Jooseppi”, afirmó el primer ministro finlandés, Petteri Orpo, en una conferencia de prensa.
Finlandia solicita personal y equipamiento técnico a Frontex, anunció el miércoles la guardia fronteriza. Los medios finlandeses informaron que la guardia fronteriza había pedido oficialmente ayuda al ejército para instalar barreras de alambre de púas en los puestos fronterizos. El director del proyecto, Ismo Kurki, dijo al grupo de periódicos Lännen que los guardias fronterizos ya habían comenzado a levantar barreras adicionales en los puestos fronterizos con Rusia, «no sólo en los cruces fronterizos del norte, sino en todas partes».
La comisaria europea, Ylva Johansson, afirmó el martes por la tarde en el Parlamento Europeo que la Comisión Europea está en contacto constante con Finlandia y está dispuesta a ayudar. Según ella, Finlandia ha solicitado 60 funcionarios de Frontex.
El gobierno finlandés culpa a Rusia de permitir que cada vez más inmigrantes, en su mayoría procedentes de Oriente Medio, crucen la frontera con Finlandia sin documentos válidos, donde solicitan asilo. Durante el fin de semana, Finlandia cerró cuatro cruces fronterizos en la zona de San Petersburgo. Desde entonces, sólo ha permitido a los solicitantes de asilo en los cruces de Vartius y Salla, 100 kilómetros más al norte. En los últimos días también se han registrado allí cada vez más solicitantes de asilo.
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