Fin de la vida, apertura del Vaticano: es posible suspender la alimentación y la hidratación

No a la eutanasia, sí a los cuidados paliativos, pero también a un “espacio para buscar una mediación a nivel legislativo”. La ubicación del Academia Pontificia para la Vida sobre el final de la vida expresado en un manual titulado “Pequeño léxico del final de la vida”.

El claro rechazo a la eutanasia

El documento propone un claro rechazo a la eutanasia, así como a la obstinación terapéutica, el relanzamiento de los cuidados paliativos y las “órdenes de tratamiento anticipado”, el llamado testamento vital, la necesidad de encontrar, en sociedades democráticas y pluralistas, “una mediación aceptable punto entre diferentes posturas respecto al suicidio asistido, y la posibilidad de suspender la nutrición e hidratación de los pacientes moribundos.

Monseñor Paglia: debate abierto y respetuoso

«La libertad, por tanto, implica siempre la necesidad de ser responsable de la vida: de mí mismo y del otro, inextricablemente. Una perspectiva que ciertamente no coincide con una concepción individualista, que tiende a reducirlo a la soledad de la autodeterminación absoluta y cede a la voluntad de poder del amor propio, sin tener en cuenta la vulnerabilidad a la que expone los afectos de los demás. . Todos estamos radicalmente relacionados”, escribe monseñor Vincenzo Pagliapresidente de la Academia Pontificia para la Vida, en la introducción del documento, motivando los motivos de su publicación.

«No disponemos de nosotros mismos en el vacío de cada vínculo», «así vivimos los humanos: hasta el final», comenzó mons. Paglia, «al abordar los temas evocados por palabras individuales, este léxico tiene en cuenta el contexto pluralista y democrático de las sociedades en las que se desarrolla el debate, especialmente cuando se entra en el ámbito jurídico. Los distintos lenguajes morales no son en absoluto incomunicables e intraducibles, como sostienen algunos; el esfuerzo que cada uno hace por comprender las razones del otro y por aceptar el diálogo con quienes piensan diferente, favorece y fomenta la comparación y el intercambio al menos parcial de razones válidas a favor de una u otra elección”

«La discusión abierta y respetuosa conduce a un diálogo público capaz de influir positivamente en las decisiones políticas, mostrando cómo las mediaciones entre diferentes posiciones no están necesariamente destinadas a adoptar la mala forma de un compromiso descendente o de una negociación para un intercambio de favores políticos», añade.



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