El brasileño viste la camiseta del Ponte San Pietro en Eccellenza desde 2014 y todavía no tiene intención de retirarse: “Me quitaron el brazalete y el número 10, pero todavía lo doy todo, aquí como en la Serie A. Aprendí a entrenar en la tarde también, para superar mis límites Neri y Castori mis maestros, a Atalanta le digo: mantén a Gasp de por vida”.
En el fútbol moderno las banderas ya no existen, al menos entre los profesionales. En el mundo amateur puedes encontrar a un chico de casi 45 años que sigue sumando kilómetros por la banda sin prestar demasiada atención a su documento de identidad. Adriano Ferreira Pinto vistió la camiseta del Ponte San Pietro por primera vez en 2014 y nunca más se la quitó, ni siquiera después del descenso del año pasado al Eccellenza, convirtiéndose en el icono de este club. Una elección romántica y noble tras un pasado glorioso en la Serie A con la camiseta del Atalanta. Bérgamo es el hilo conductor, la ciudad que ahora se ha convertido en su hogar. El fuego interior aún no se ha apagado, como lo demuestran los ojos brillantes y la sonrisa impresa de un niño mientras habla con orgullo de su carrera.