‘Fashion Babylon’ muestra el mundo de la moda de París que se ha convertido en una máquina de marketing


Yasmin Aboutaleb

La modelo holandesa Rianne van Rompaey se encuentra en medio de una amplia pasarela, cara a cara con un gran perro robot amarillo. Rompaey y el robot se acercan con cuidado y se inclinan el uno hacia el otro, como para besarse. Pero el perro robot abre la boca, agarra su capa negra y la sostiene. La modelo toma la capa y se aleja.

La ganadora de ‘Ru Paul’s Drag Race’, Violet Chachki, en la Semana de la Moda de París.Imagen AVROTROS

Esta inauguración del desfile Coperni en París (una interpretación libre de la fábula del siglo XVII el lobo y la oveja por Jean de la Fontaine) fue visto sin cesar en las redes sociales. La casa de moda también se volvió viral el año pasado durante la semana de la moda de París con un vestido que fue rociado en vivo sobre el cuerpo de Bella Hadid. Esto ha llevado a los críticos de la moda a cuestionar si el perro robot es un intento de superar la exageración mediática de 2022, en lugar de demostrar «una relación simbiótica entre los humanos y la tecnología». En los últimos años, los desfiles de moda de las principales casas de moda, con el uso de celebridades, personas influyentes y acrobacias de este tipo, han tenido como objetivo principal crear una zumbido crear en las redes sociales.

El documental Moda Babilonia, emitido en NPO2 el martes por la noche, intenta mostrar el lado negativo del mundo de la moda que se ha convertido en una máquina de marketing durante la semana de la moda de París. Tres personajes extravagantes toman el centro del escenario: la socialité estadounidense Casey Spooner, la ex modelo y fashionista Michelle Elie y ganadora de Carrera de resistencia de Ru Paul Violet Chachki (nombre real: Paul Jason Dardo). En tres actos vemos sucesivamente su ascenso, apogeo y crepúsculo.

En busca de reconocimiento y fama, los tres hacen intentos frenéticos por entrar en el jerárquico mundo de la moda. Eso significa mostrar tu cara más dulce en todas partes, caminar catorce horas al día en un corsé u otro dispositivo de tortura de moda y publicar en Instagram hasta que te deshagas de las lágrimas. Les pagan en dolorosos encuentros y saludos con diseñadores y entradas para desfiles de moda y fiestas posteriores. Pero los asientos libres no pagan el alquiler. Spooner está viviendo su sueño de la infancia, dice, pero mientras tanto tiene serios problemas de dinero.

Aunque la película ofrece poca profundidad (de los motivos y trasfondos de los personajes) y el final es francamente malo, hay bastantes escenas interesantes en ella. Por ejemplo, Violet Chachki habla con franqueza sobre lo difícil que es para las drag queens obtener reconocimiento por su talento, y mucho menos ganar dinero con él. Aunque dice sentirse una privilegiada frente a otras drag queens (le permiten hacer una prueba en Gautier), crece su descontento por la falta de respeto que recibe en el mundo de la moda. Cuando Gautier la cancela en el último minuto, se siente abusada. Se despide de París para siempre. Sus billetes de avión, taxis y habitaciones de hotel corren por cuenta propia. Como dice Michelle Elie: “En una temporada estás dentro, en la siguiente estás fuera. Así es el mundo de la moda. No eres más que un accesorio desechable.



ttn-es-23