Fanáticos del judoca Van Lieshout decepcionados y orgullosos: “Fue un hermoso sueño”

Joanne van Lieshout (21), de Lierop judo, disputó el martes su primera competición en París. Fanáticos y amigos se reunieron en el Essink Sports Center, donde Van Lieshout comenzó su carrera deportiva cuando era niña. Tenían la esperanza de que ‘su’ judoka volviera a casa con una medalla, pero lamentablemente no hubo fiesta en el gimnasio.

Antes del partido, el profesor de judo y propietario de un gimnasio, Tom Essink, advirtió que el judo es un deporte en el que todo puede terminar rápidamente. “Ayer un judoka tuvo que abandonar los Juegos después de sólo cuatro segundos.” Según él, esto hace que el deporte sea hermoso y triste al mismo tiempo: “Alguien puede ser mejor, pero a veces un error es fatal”.

Mucha presión
Joanne proviene de una verdadera familia de judoca; sus padres y sus hermanos son fanáticos del judo. Tom volvió a ver ese fanatismo cuando Joanne se unió a su gimnasio cuando era niña. “Vi a una niña que tenía muchas ganas de jugar y le gustaba el juego. Estamos muy orgullosos”, sonríe.

Unos minutos antes del partido la cantina se llena de gente, caras tensas miran la pantalla en la que sucederá todo. Maud Lavrijssen, que, al igual que Joanne, empezó en Essink y ahora juega judo en Papendal en la misma categoría que Joanne, también siente la picazón: “Sabemos que ella puede hacerlo, pero depende de ella demostrarlo”, dice. dice antes del concurso. “Ella es realmente buena, no puedo vencerla. Pero hay mucha presión sobre ella: es la número uno en la clasificación”.

Castigo
Joanne está en una buena posición en el partido e incluso estuvo a punto de sufrir un estrangulamiento, lo que podría haberle dado muchos puntos. Pero ahí es donde las cosas van mal, recibe un castigo y parece molesta. Poco después, el oponente surcoreano Kim Ji-su realiza un Waza-ari, la segunda puntuación más alta en judo. Cuando quedan veinte segundos en el reloj, puedes ver que las cabezas en la cantimplora de Essink empiezan a caer cada vez más.

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En la cantina se hace un silencio audible y palpable. “Entonces hoy terminaremos temprano”, dice Tom mientras mira alrededor de la tranquila cafetería. “Esa es la forma como es.” Se pone en contacto con otros seguidores: “¿Saben por qué la castigaron? Parecía desconcertada, como si ella misma no lo supiera”.

Pobre consuelo
“Así que esto es judo”, suspira Tom, volviendo a su advertencia anterior. “Hoy debería haber sido feriado. Le fue muy bien, pero un error fue fatal. Parece injusto, pero es lo que es”.

La compañera de entrenamiento Maud también se muestra decepcionada: “Ha sido un bonito sueño, pero al menos ya no nos quitarán el título de campeona del mundo”. Maud espera un poco más para enviarle un mensaje, porque cree que Joanne ya no está interesada en eso. “En última instancia, me gustaría decirle que estoy orgulloso de que ella estuviera allí. Pero sé que será poco consuelo”.



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