Broekmans, que atiende a otras 18 sucursales desde Panningen, todavía tiene un contrato por el gas hasta 2024. Lo mismo ocurre con Frans Voncken de Heerlen. Ambos ven aumentar sus costos de compra de manera alarmante, pero aún no tienen noches de insomnio debido a los costos adicionales de energía. “Pero está claro que hay que hacer algo. Creo que tiene que haber un precio máximo, de lo contrario no funcionará”, piensa Voncken.
Factura de gas inasequible amenaza para el pastel de Limburg
