Desde Hildburg-Bruns
Delgado, ligero, fuerte. Daimler-Benz inicia una nueva era en Marienfelde: en la planta más antigua del grupo automovilístico, todavía en producción, se fabricarán 350.000 motores eléctricos al año. Eso ya se sabe.
“Ya se están realizando los preparativos para la industrialización de los sistemas dentro de la planta existente”, dijo la portavoz de Mercedes, Madeleine Herdlitschka, de Stuttgart.
El montaje de los motores eléctricos se realiza en el edificio 70, donde también se encuentra el Digital Factory Campus, inaugurado hace un año. Allí se prueban los pasos de trabajo individuales y se envían a más de 30 plantas en todo el mundo a través de una aplicación para su replicación.
Ya no se habla de procesamiento en Marienfelde (2.500 empleados) como en 2020. La digitalización y la electromovilidad traen ahora el futuro a la planta fundada en 1902.
Está en la clase extra: La adquisición del especialista británico YASA (Oxford) aseguró el acceso a una tecnología especial en el campo de los motores de flujo axial. El flujo electromagnético discurre paralelo al eje de rotación del motor (y no perpendicular como en el flujo radial). Como resultado, la potencia máxima y continua es mayor, el peso es dos tercios menor y el diseño es estrecho.
Los motores eléctricos fabricados en Marienfelde se instalarán en la planta de AMG en Affalterbach. Otros modelos aún no han sido nombrados. En Marienfelde se invertirán en los próximos años una cantidad de tres dígitos millones.
Desde 2021 también se fabrican en la planta de Berlín unidades de propulsión eléctricas (EVA 1.5) y unidades de control eléctricas para una batería (compartimento EE). También salen de la línea de montaje árboles de levas y propulsores para motores de combustión convencionales. La producción del motor diésel de seis cilindros finalizó el año pasado.