F1, ¿el verdadero Mosley? Una mano de obra amable que contribuyó a la seguridad de los coches.

El expresidente de la FIA, que se suicidó, fue víctima de muchos estereotipos. De padres con simpatías nazis a escándalo sexual, pero con Ecclestone empujó a la F1 hacia la modernidad

andrea cremonesi

30 de marzo de 2022 (cambio 30 de marzo de 2022 | 22:48)

Se necesita coraje para acabar con la propia existencia con una escopeta. Y a Max Mosley (1940-2021) nunca le ha faltado coraje. La de exponerse en persona, de demostrar ideas contracorrientes como la vez en Japón que improvisó una rueda de prensa para explicar por qué, según él, para despertar el interés por la F1, debilitada por el ciclo ganador de Michael Schumacher, la parrilla de salida debería se han invertido, haciendo disparar mejor desde abajo. Mucho se ha dicho y escrito sobre su figura, muchas veces dejándose influir por los prejuicios.

ENAMORADOS DE LAS RAZAS – Amable a su manera, capaz de expresarse bien en francés pero también en italiano, era un abogado enamorado de las carreras. A menudo criticado por su familia de origen -su padre Oswald había sido el jefe del partido fascista inglés e incluso la madre fanática de Hitler (los dos se habían casado en secreto en la casa de Joseph Goebbels, con el Führer como testigo)- en realidad Mosley era laborista. . Y también estuvo rodeado por el presidente de la FIA (de 1993 a 2009) de la intelectualidad del partido de los trabajadores británico. Desde hacía un par de años el jefe del colegio de comisarios había sido Alan Donnelly, exparlamentario europeo: fue él quien redactó la carta con la que David Milliband dimitió en 2013 como líder del partido. Pero también Richard Woods, bajo su presidencia portavoz de la FIA, es laborista. Mosley también estuvo vinculado al líder del partido John Smith hasta su prematura muerte en 1994 de un ataque al corazón.

FANTASMAS DEL PASADO – Sin embargo, esto no impidió que Mosley nunca negara sus orígenes (en Gran Bretaña circuló durante años la imagen de una pelea en la que participó durante una reunión paterna, pero siempre ha sostenido que lo hizo solo para defender a su padre). Max nunca gozó de una buena prensa en su casa: la prensa deportiva en los años de los éxitos de Schumacher le reprochaba tener siempre una actitud condescendiente con el equipo Cavallino (Fia pasó a ser el acrónimo de Ferrari International Assistance o Aid). Sin embargo, fue bajo su liderazgo que la FIA castigó severamente a Michael por contacto con Jacques Villeneuve en Jerez ’97, expulsándolo de la clasificación final. Cuando Noticias de la Palabra publicó los fotogramas de las prostitutas azotándolo, no se eclipsó, resistió obstinadamente más allá de toda oportunidad razonable las presiones para obligarlo a renunciar, alegando que sus conductas sexuales pertenecían al ámbito privado (ganó el caso contra el tabloide de Murdoch).

ERA MARZO – Piloto modesto -había corrido en la Fórmula 2 de Frank Williams-, Mosley había participado en un consorcio de treintañeros que dio origen a la Marcha. Mosley se ocupaba de la parte comercial, Alan Rees era el director deportivo, Graham Coaker, dirigía la producción, y Robin Herd, el técnico, de cuyo lápiz salió por ejemplo el 711 o pez martillo. La compañía, con sede en Bicester, fundada en 1969 (dejó de operar en 1992) ha sumado 3 victorias en F1 de los 197 GP disputados, con un tercer puesto en el Mundial de 1970 cuando el 701 lo pilotaba el equipo de Ken Tyrrell con Jackie Stewart y François Cevert al volante.

LA SEGURIDAD – Asistiendo a las pistas se hizo amigo de Bernie Ecclestone, quien quería que fuera su socio legal en el nacimiento de Seal, la asociación de constructores. Con Bernie, Mosley hizo de la F1 un deporte moderno. Y como presidente simplificó y desburocratizó la FIA. Pero sobre todo es el responsable de la legislación Ncap, que ha contribuido a que los coches que conducimos sean más seguros.





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