La idea de participar surgió en Ronde Tafel 36 Assen, una asociación donde se reúnen hombres de entre 18 y 40 años. El dinero que recaudan se destina a las fundaciones Villa Joep y Hartekind, que realizan investigaciones sobre el cáncer infantil y los niños con enfermedades cardíacas.
Estas organizaciones benéficas no fueron elegidas al azar. El hijo de Robert, Thom, nació con un defecto cardíaco. Y Johan de Groot, también miembro de Ronde Tafel 36, tiene una hija, Roosa, con neuroblastoma (cáncer infantil).
Al final, el viaje por el lago Weissensee se convirtió en un trabajo duro para los participantes. “Esta mañana las condiciones meteorológicas eran buenas, pero cuando el sol salió sobre las montañas, el hielo se ablandó”, afirma el supervisor Rolf Bakker. “En un momento dado, más de mil patinadores estaban activos, por lo que alrededor de las 15:00 horas el hielo ya no tenía buen aspecto”.
“Se volvió extremadamente duro. Vi a deportistas entrenados terminar completamente perdidos. Cientos de corredores ni siquiera llegaron a la meta”, dice Rolf Bakker. Robert Jongsma tampoco pudo completar la gira. “Tienes que estar dentro en un momento determinado, como en el Eleven Cities Tour. Todavía le quedaban una o dos rondas por recorrer. Pero sigue siendo un logro de clase mundial”.
Su hijo Rik fue uno de los afortunados que logró recorrer todos los kilómetros. “Por eso le han concedido la Cruz de Once Ciudades Alternativas”, dice orgulloso su padre.