Los doce jurados fueron nombrados el martes. Tienen que juzgar por tres cargos. Además de contrabando de cocaína, los fiscales estadounidenses acusan a Hernández de posesión y uso de armas para el tráfico de drogas. Como presidente del país centroamericano de 2014 a 2022, trabajó estrechamente con la administración del presidente estadounidense Donald Trump. Luego obtuvo elogios en Washington por sus redadas antidrogas y su lucha contra el crimen organizado.
Ahora se sospecha que Hernández estuvo involucrado en el tráfico de drogas entre 2004 y 2022. Los fiscales estadounidenses lo acusan de financiar su carrera política con dinero del narcotráfico. También se alega que aceptó millones de dólares en sobornos para proteger a los narcotraficantes de la investigación y el procesamiento policial.
Se dice que el infame narcotraficante mexicano Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, entre otros, se acercó a Hernández. Su hermano, Tony Hernández, fue condenado a cadena perpetua por un tribunal estadounidense en 2012.
Hernández, de 55 años, que sostiene su inocencia, aún no ha decidido si subirá al estrado como testigo. Califica las acusaciones en su contra de “falsas e injustas” y dice que es víctima de una “venganza del cártel”. Tras su presidencia, fue extraditado a Estados Unidos en abril de 2022. El caso, que ha sido pospuesto tres veces, comenzará el miércoles y durará al menos dos o tres semanas.