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Un tribunal de Rusia central juzgará al periodista del Wall Street Journal Evan Gershkovich por cargos de espionaje en medio de los intentos de Estados Unidos de conseguir su liberación mediante un intercambio de prisioneros.
La fiscalía general rusa dijo el jueves que había presentado una acusación contra Gershkovich más de un año después de su arresto en Ekaterimburgo, una ciudad en el corazón de la industria de defensa rusa en los Montes Urales.
El anuncio significa que el caso de Gershkovich probablemente llegará a los tribunales en las próximas semanas, lo que sugiere que pronto podría ser trasladado de la prisión Lefortovo de Moscú.
La instalación está dirigida por el servicio de seguridad ruso FSB, la agencia sucesora de la KGB, y es conocida por aislar a los reclusos del mundo exterior.
Es probable que su juicio se celebre en secreto, una práctica común en los casos de espionaje en Rusia, que conllevan una pena de hasta 20 años de prisión.
Los fiscales dijeron que Gershkovich utilizó “medidas cuidadosas de actividad clandestina” en una misión de la CIA para obtener “información secreta” sobre los esfuerzos de producción y reparación en Uralvagonzavod, una gran fábrica de tanques en la región.
A pesar de afirmar haberlo sorprendido “con las manos en la masa”, los fiscales rusos no han aportado pruebas de su culpabilidad en público y celebraron sus audiencias de libertad bajo fianza a puerta cerrada.
Estados Unidos y el WSJ han dicho que los cargos contra el periodista de 32 años son infundados.
La editora en jefe del WSJ, Emma Tucker, dijo que Gershkovich “ha pasado 441 días detenido injustamente en una prisión rusa simplemente por hacer su trabajo” como periodista y que el periódico esperaba que el gobierno de Estados Unidos “redoblara los esfuerzos” para su liberación.
Los funcionarios estadounidenses están tratando de conseguir la liberación de Gershkovich y Paul Whelan, un veterano de la marina estadounidense condenado a 16 años de prisión por espionaje en 2020, a cambio de prisioneros rusos retenidos en Occidente.
Rusia ha intercambiado previamente a otros ciudadanos estadounidenses destacados después de que hayan sido declarados culpables y sentenciados.
En 2022, Moscú cambió a la estrella del baloncesto estadounidense Brittney Griner, tras su sentencia por cargos de drogas, por Viktor Bout, un traficante de armas conocido como el “Comerciante de la Muerte”.
Putin dijo la semana pasada que Estados Unidos estaba “tomando medidas enérgicas para liberar [Gershkovich]”, pero advirtió que “estas cuestiones [ . . . ] sólo debe resolverse sobre una base recíproca”.
El presidente ruso insinuó fuertemente en febrero que exigía, a cambio, la liberación de Vadim Krasikov, un sicario condenado a cadena perpetua en Alemania en 2021.
Sin embargo, los esfuerzos para cambiar a Krasikov por Gershkovich, Whelan y el líder de la oposición encarcelado Alexei Navalny fracasaron posteriormente cuando el disidente murió en una remota colonia penal del Ártico meses después.
Los partidarios de Navalny han acusado a Putin de asesinarlo para arruinar el acuerdo.
Putin dijo en marzo que había aceptado una propuesta informal para liberar a Navalny con la condición de que nunca regresara a Rusia, pero negó cualquier implicación en su “trágica” muerte.
Personas informadas sobre las conversaciones dicen que el presidente ruso está obsesionado con liberar a Krasikov, quien asesinó a un ex militante checheno a plena luz del día en el parque central Tiergarten de Berlín en 2019.
Rusia ha arrestado a varios estadounidenses más en los últimos meses.
Entre ellos se incluyen Gordon Black, un soldado estadounidense arrestado por cargos de robo mientras visitaba a su novia en la ciudad oriental de Vladivostok en mayo, así como los ciudadanos con doble nacionalidad estadounidense y rusa Alsu Kurmasheva y Ksenia Khavana.