La historia es conocida. Durante décadas, gracias al gigantesco Groningerveld, Holanda fue una superpotencia energética absoluta. Cada año se bombean y exportan decenas de miles de millones de metros cúbicos de gas a los países europeos vecinos. Sin embargo, debido al creciente número de terremotos en Groningen, el gobierno decidió eliminar gradualmente la producción de gas a un ritmo acelerado. En 2024, no se podrá extraer más molécula de gas.