Una directiva europea aprobada el pasado mes de mayo establece que a partir de 2027 los productores de petróleo pagarán en función del CO2 emitido. Esto daría como resultado que los costos adicionales se transfieran al precio del combustible en la bomba.
Mientras discutimos la próxima legislación Euro 7 y el aumento de los costes que conlleva para el precio de los coches, considerándolo un pilar más del lado del sector, llega un gancho en la barbilla desde Bruselas que corre el riesgo de derribar a los automovilistas. El nuevo directiva europea 2023/959 del Parlamento y del Consejo, de 10 de mayo de 2023, introduce una profunda reforma del sistema ETS (Sistema de Comercio de Emisiones) que lo regula Comercio de emisiones de CO2, el mercado que desde 2005 esencialmente ha permitido a las empresas en algunos sectores energéticos e industriales específicos adquirir permisos para contaminar. La nueva directiva se extiende al transporte por barco, pero sobre todo prevé la creación de un nuevo mercado de emisiones para la calefacción doméstica y el transporte por carretera. Básicamente, Las petroleras tendrán que pagar el CO2 emitido en la fabricación de los carburantes, pero el sobrecoste está destinado a repercutir inevitablemente en el precio final de las gasolinas y el gasóleo. El sistema entrará en vigor a partir de 2027con pronósticos alarmantes. Un gancho directo a la barbilla de los automovilistas europeos que, en la polémica por la Euro 7, pocos vieron pasar.
Dar y recibir
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El primer paso para comprender el riesgo es explicarlo de forma sencilla el mecanismo de crédito de CO2, que se basa en empresas que invierten en proyectos de protección ambiental y en la captura o reducción de gases de efecto invernadero, obteniendo a cambio de valores, “acciones verdes” que luego ponen periódicamente a la venta. Los compran empresas que, por la naturaleza del trabajo que realizan, emiten grandes cantidades de C02, por lo que están endeudadas. El crédito comprado y pagado en euros por tonelada de CO2 lo equilibra, y en la práctica te permite seguir emitiendo. Trivializando, los “chicos malos” compran buenas acciones, pero eso no sucede en un mercado ingenuo.
El silencio de los corderos
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La nueva directiva de la UE 2023/959 ahora también afecta al consumo masivo de combustibles. Debe ser implementado formalmente por el Estado italiano (después de la aprobación parlamentaria de una ley de habilitación especial para el Gobierno y la consiguiente aprobación del Consejo de Ministros) y prevé algunas protecciones para los automovilistas y los sectores más vulnerables de la sociedad, con un Fondo Social por el Clima (fondo social para el clima) para intervenciones destinadas a controlar los precios. Todavía herramientas bastante genéricas, como es el prohibición de que los proveedores de combustible repercutan más de la mitad de los costes a los consumidores finales. En un campo de inversiones financieras, lo que cuenta más que los porcentajes son los pedidos de escala, que en el nuevo mercado separado de créditos de transporte por carretera están llamados a despegar. Las instituciones europeas pretenden limitar el nuevo precio de las cuotas de CO2 a un máximo de 45 euros la tonelada, lo que equivaldría a 10 céntimos de sobrecoste por litro de gasolina, 12 céntimos por litro de gasóleo. En cuanto a la progresión de los precios en el actual ets del mercado, las conclusiones son desalentadoras. Las subastas europeas vieron subir el precio de las unidades desde los 8,34 euros de enero de 2018 hasta los 86,17 euros de media previstos para 2023 y 96,19 euros para 2024, según un análisis realizado por la agencia Reuters, mientras que la previsión de precios medios en 2025 será asciende a 104,84 euros/tonelada. Pero lamentablemente hay mucho más.
Confía en los cálculos
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Según las proyecciones de la AIE, Agencia Internacional de Energía, el precio de las cuotas en el nuevo mercado supondrá un número tan superior al de los operadores del actual sistema como para incrementar la demanda y por tanto los precios de las cuotas en venta por falta de una cantidad correspondiente de empresas comprometidas en generar ellos, con proyectos medioambientales que tardan cada vez más en completarse. Un crecimiento exponencial de la demanda podría llevar a un precio por tonelada de CO2 igual a 200 euros, es decir, 53 centavos por litro de diesel Y 47 centavos por litro de gasolina. Entonces, suponiendo la aplicación de ese aumento a los precios promedio actuales de los combustibles, la gasolina subiría a 2.288 euros el litro, mientras que el gasóleo alcanzaría los 2.191 euros el litro, netos de impuestos. O incluso más lejos. Analizando el texto de la directiva de la UE 2023/959, descubrimos que el límite de 45 euros por tonelada representa un cálculo para las instituciones de la UE, no un límite infranqueable, tanto que superarlo desencadenaría la liberación de 20 millones de derechos de emisión adicionales y gratuitos. . Un granito de arena en un sector que, cuando esté en pleno funcionamiento, se prevé que consuma 1.000 millones de toneladas de CO2 al año. Según un estudio financiado por el Ministerio de Investigación alemán, si los países de la UE no toman más medidas de política climática, el precio podría llegar incluso a los 350 euros a medio plazo.
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