La Unión Europea se prepara para ratificar un reglamento para lograr cero emisiones en las carreteras como parte del plan “Ajuste a la meta 55”. El miércoles 11 de mayo, una votación en el Comité de Medio Ambiente del Parlamento Europeo concluyó con la validación del proyecto que prohibirá los coches térmicos en 2035. A principios de junio, la propuesta se llevará a una sesión plenaria, ante todos los eurodiputados.
Una fecha límite demasiado lejana para los defensores del clima
Los eurodiputados de la Comisión de Medio Ambiente votaron por 46 votos a favor y 40 en contra la propuesta de reglamento que debería poner fin a la circulación de vehículos térmicos para 2035. Una decisión que sigue las ambiciones expresadas por la Comisión Europea en la lucha contra el calentamiento global y que había propuesto el paquete legislativo “Ajuste al objetivo 55” en 2021. Ese mismo año, había contribuido al establecimiento de un programa europeo sobre baterías para conseguir una movilidad cero emisiones.
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Antes de ser aprobada en su totalidad, la propuesta deberá pasar al pleno de junio. El Parlamento Europeo en pleno decidirá entonces el destino de esta ley. Si se aprueba, el Parlamento y el Consejo de Europa tendrán que acordar un texto común y adaptado para los 27 países miembros de la Unión Europea.
El plazo de 2035 puede parecer lejano en comparación con las recomendaciones del último informe del IPCC en la lucha contra el cambio climático. Según el informe, si no se hace nada para reducir drásticamente las emisiones en los próximos tres años, no habrá vuelta atrás. Por el contrario, algunos fabricantes de automóviles creen que estos plazos son demasiado cortos. Carlos Tavares, director general de Stellantis (Peugeot, Citroen, Fiat, Chrysler), había estimado a principios de 2022 que el fin de los motores térmicos para 2035 era “contraproducente” y que “Estamos llevando la industria al límite”.
La producción de baterías podría ralentizar la democratización de los coches eléctricos
Sin embargo, muchos actores de la industria ya han comenzado una transición significativa hacia la electricidad. Honda planea lanzar 30 modelos de coches eléctricos para 2030 y dejará de fabricar coches térmicos en 2040. Las mismas ambiciones expresa la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, que fabricará 35 vehículos 100% eléctricos para 2030. Renault y Mercedes-Benz también hacer esta misma promesa, prueba de que los fabricantes se están anticipando a las leyes de protección ambiental.
Entre 2020 y 2021, las ventas de coches eléctricos casi se han duplicado en Europa. Esto representa 2,3 millones de vehículos en un año, aunque más de la mitad son híbridos. El hallazgo es igual de alentador en Francia, donde el 21,4 % de los automóviles vendidos en marzo de 2022 son eléctricos. Por el momento, Tesla domina el mercado francés en este sector.
Sin embargo, el desafío de la producción de baterías es un freno a la democratización de todo lo eléctrico. A principios de mayo, el jefe de Volvo expresó su preocupación por una posible escasez de baterías. En duda, la rareza de los materiales necesarios para su fabricación. El desarrollo de métodos de reciclaje de baterías más eficientes es necesario para una transición exitosa.