El microplásticos ahora están en todas partes del cuerpo humano. Las concentraciones más altas se encontraron en órganos vitales como el cerebro: Los niveles de micro y nanoplásticos detectados en el cerebro de un adulto de peso medio corresponden al equivalente de un tercio de una botella de plástico de 1,5 litros.
Así lo destaca una investigación encargada por el estudio Vera a un grupo de expertos de la Universidad “Luigi Vanvitelli” de Campania. La investigación, realizada por Raffaele Marfella, del departamento de Ciencias Médicas y Quirúrgicas Avanzadas, Pasquale Iovino, del departamento de Ciencias y Tecnologías Ambientales Biológicas y Farmacéuticas, y por Francesco Prattichizzo, del Irccs MultiMedica, centro científico y tecnológico de Milán, Resume las fuentes de exposición a micro y nanoplásticos, los tipos de estas partículas y las asociaciones patológicas relacionadas.
Plástico en el cerebro en el festival Salud Planetaria
Los resultados se presentaron en el Festival de la salud planetaria, el festival italiano de la salud planetaria, que finalizó el 5 de octubre de 2024 en Verona. Los micro y nanoplásticos que se encuentran con mayor frecuencia provienen de materiales ampliamente utilizados en la vida diaria, como envases de bebidas y alimentos, tuberías de agua y tejidos sintéticos como el nailon y el poliéster.
Estos materiales – explican los investigadores – representan fuentes difíciles de cuantificar, ya que están presentes en el aire (tanto interno como ambiental), en el agua (especialmente embotellada), en los alimentos envasados y en los productos para el cuidado de la piel. Entre ellos se encuentran las bolsitas de té de nailon y los biberones que, tras la exposición al calor, como en el caso del uso del microondas, pueden liberar grandes cantidades de partículas potencialmente nocivas para el organismo.
“En algunos casos – subraya Marfella – se ha demostrado la incidencia de estas sustancias en enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares e incluso Alzheimer”.