Berlín (Reuters) – Según un estudio, existe una brecha particularmente amplia entre la inflación percibida por los consumidores y la inflación realmente determinada en Alemania.
La tasa de inflación percibida en mayo fue del 18 por ciento, casi tres veces más alta que la tasa de inflación determinada oficialmente del 6,1 por ciento, como anunció el lunes la aseguradora de crédito Allianz Trade en su análisis. “Eso no es insignificante, porque la inflación percibida tiene una fuerte influencia en las acciones de los consumidores, por ejemplo, en su comportamiento de compra”, dijo Jasmin Gröschl, economista senior de Allianz Trade. “Así que esta discrepancia juega un papel importante para la economía y las empresas, así como para la política de tasas de interés”. En el conjunto de la zona euro, los dos valores difieren en unos nueve puntos porcentuales, en Alemania en unos once.
Hay varias razones para esta discrepancia. Por ejemplo, los consumidores prestaron más atención a los cambios de precios para compras comunes como comestibles y bebidas, combustible u otros mandados en el supermercado. “Si estos precios suben por encima del promedio allí, la gente tiende a sentir que la inflación es mucho más alta”, dijo. Pero los aspectos psicológicos, las diferencias demográficas y regionales, así como el comportamiento individual del consumidor, también podrían llevar a los consumidores a evaluar el aumento de precios de manera diferente a la medición oficial. “Esto crea una imagen distorsionada y una fuerte discrepancia entre la inflación percibida y la real”, según el estudio.
No solo hay muchas diferencias en la percepción de la inflación, en Europa y en los países de habla alemana las tasas de inflación oficiales también difieren ampliamente. En mayo, el rango varió del 2,8 por ciento en Grecia al 21,5 por ciento en Hungría. En Austria, con un 8,8 por ciento, fue más que en Alemania (6,1 por ciento) y Suiza (2,2 por ciento). “Los factores clave en la inflación son la proximidad geográfica a Rusia, la dependencia de las importaciones de energía y alimentos, la intervención del gobierno para reducir los precios individuales y la fortaleza de la moneda respectiva”, dijo Gröschl.
En Alemania, por lo tanto, entran en juego todos los factores que influyen en la tasa de inflación: La alta dependencia de las importaciones de energía de Rusia ha provocado que la factura del precio de la energía aumente considerablemente. El gobierno federal contrarrestó esto con el freno de precios de la electricidad y el gas. En la zona euro en su conjunto, un euro débil ha aumentado la inflación porque las materias primas negociadas en dólares, como el petróleo y el gas, se han vuelto más caras.
(Informe de Rene Wagner, editado por Ralf Bode. Si tiene alguna pregunta, comuníquese con nuestro equipo editorial en [email protected])