La mayoría (80 por ciento) de los expertos en reestructuraciones alemanes esperan que el producto interior bruto se estanque o incluso se reduzca en 2024 y 2025 y, por lo tanto, están preocupados por el desarrollo de la economía alemana. El comercio minorista ocupa el tercer lugar con un 46 por ciento (después de la industria del automóvil con un 89 por ciento y la industria de la construcción con un 48 por ciento) en términos de necesidad de reestructuración.
Estos son algunos de los resultados del estudio de reestructuración de este año realizado por Roland Berger, que se llevó a cabo bajo el lema “Todo el mundo habla de cambio. ¿Pero quién pagará por ello?” Se entrevistó a unos 200 expertos de diversas áreas.
“A diferencia de las fases anteriores, las empresas actualmente no pueden esperar una recuperación económica y un previsible crecimiento asociado. Ahora es importante prepararse para un empeoramiento de las dificultades económicas en un entorno financiero desafiante”, comenta Adrian Pielken, socio de Roland Berger, en un comunicado de prensa.
¿Cuáles son los retos del comercio minorista alemán?
El creciente número de quiebras y el deterioro de los resultados financieros hacen del comercio minorista en Alemania uno de los sectores con mayor riesgo de crisis. A esto se suma un entorno de mercado desafiante, caracterizado por un estancamiento económico, un débil sentimiento de los consumidores y perspectivas de futuro inciertas.
Los minoristas están bajo una enorme presión porque sólo pueden trasladar los crecientes costes operativos a los consumidores finales de forma limitada. Esto da como resultado una caída de los márgenes y una mayor restricción del margen de acción económico. Las medidas a corto plazo, como rebajas y descuentos, deterioran aún más los ya reducidos márgenes de beneficio y tienen un impacto negativo en el rendimiento financiero y, por tanto, en la solvencia. “Además, la falta de transparencia comercial de muchos actores acelera la crisis”, afirma el informe.
¿Cuál es la solución para el comercio minorista?
“Para contrarrestar eficazmente estos desarrollos, los minoristas deben estar preparados para examinar críticamente sus estructuras de costos e invertir en excelencia operativa tanto en el sitio como en la cadena de suministro. El uso de modernas herramientas de análisis y de inteligencia artificial puede desempeñar un papel central al permitir previsiones de demanda más precisas y hacer que la gestión de inventario sea más eficiente”, aconseja Roland Berger.
Los minoristas también deben optimizar continuamente su gama de productos para eliminar sistemáticamente los productos que generan pérdidas y los artículos de baja rotación. Los requisitos estructurales a largo plazo, como la sostenibilidad, la transparencia, la digitalización y el cambio a enfoques omnicanal, deben verse como una oportunidad y no quedar en un segundo plano en vista de la aguda situación de crisis.
“Los minoristas que comprendan la digitalización y la sostenibilidad como parte de su estrategia de crisis y tengan suficientes recursos financieros para inversiones específicas pueden salir de la crisis más fuertes. “Tienen la oportunidad de compensar al menos parcialmente la caída del comercio estacionario y posicionarse para el futuro”, concluye.
¿Cómo pueden las empresas obtener financiación?
En general, los expertos aconsejan a las empresas de todos los sectores que utilicen nuevas soluciones de financiación para poder hacer frente a las reestructuraciones y transformaciones, pero se muestran escépticos: el 40 por ciento califica de “mala” la capacidad de las empresas afectadas por la crisis para obtener el dinero que necesitan con urgencia. ” o “muy malo”.
Las razones que citan para ello son, por un lado, la competencia por los limitados fondos disponibles y, por otro, la evaluación más difícil de los riesgos de préstamos e inversiones debido a las estrictas normas de concesión de créditos de las instituciones financieras. Asimismo, mayores tasas de interés y costos de financiamiento, ya que los prestamistas cobran primas de riesgo.
Para Roland Berger, la solución es sencilla: “Afrontar la verdad, planificar cuidadosamente y aplicar de forma coherente” por parte de la empresa, mientras que la financiación es “un esfuerzo conjunto de todos los implicados”. No se debe subestimar el poder de financiación interna que aún tienen las empresas.
Para Alexander Müller, socio de Roland Berger, los resultados son un claro atractivo para las propias empresas, pero también para los accionistas, las autoridades reguladoras y los prestamistas: “Especialmente en tiempos de crisis, las empresas necesitan un modelo de negocio viable y una planificación empresarial resiliente. Igualmente importantes son los inversores que estén dispuestos a explorar nuevas vías de financiación. Al hacerlo, crean las condiciones para una reestructuración exitosa y transformaciones sostenibles”.