Largas listas de espera, escasez de examinadores: los titulares de autoescuelas se encuentran con problemas todos los días en la Oficina Central de Habilidades de Conducción (CBR) y terminan. Según ellos, solo hay una víctima, y esa es el estudiante. ‘Todos a mi alrededor ya tienen su licencia de conducir, tengo que unirme al final de la fila’.
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