Como espectador, entras en la historia y sientes lo profundo que tuvo que llegar Sabbe para terminar. “¿Qué tan loco está? Es fantástico que puedas hacer algo así siendo belga. Que se puede lograr algo tan fenomenal”, dice un espectador entusiasmado. El documental también recupera todas las emociones de esa época. “Es sorprendente lo tranquilos que parecíamos, porque en ese momento nos pasaban muchas cosas por la cabeza”, dice su amigo, cuñado y supervisor Joren Biebuyck.
Karel y Joren próximamente también presentarán la película en Kinepolis Gante, Amberes y Courtrai.