“Fue la peor pesadilla que se suponía que no se haría realidad, pero ahora es realidad”. Los amigos y familiares de la neerlandesa Hebe (10) y su supervisora Sanne (26) se han derrumbado después de que la policía confirmara oficialmente que los cuerpos en el Kia Picanto recuperado sí pertenecen a los dos desaparecidos. Aunque todo apunta a un accidente mortal, todavía hay incertidumbre. “Sanne nunca le haría nada a Hebe”, dice su mejor amigo Mark Deckers (35).
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