Estimados proyectos de ley, la doble opción de fondos de la UE y REpowerEu para reducir el impacto

La hipótesis de reprogramación de los fondos

La alternativa, de la que se empieza a hablar en Bruselas, aunque es complicada, es tomar prestada la operación realizada en 2020 con la pandemia. El gobierno de Conte, aprovechando dos nuevos Reglamentos de la UE (2020/460 y 2020/558), reprogramó algo menos de 12.000 millones, de los cuales 5.400 millones de los programas de los ministerios y 6.500 millones de los gestionados por las Regiones. Recursos que, con la garantía de ser restituidos con el Fondo de Desarrollo y Cohesión (FSC), se dirigieron a diversos destinos entre ellos el Fondo de Garantía Pymes, redes de protección social, gastos de educación y universidades, además por supuesto de la emergencia sanitaria. Repito, además de la luz verde de la UE, sería necesario negociar con las Regiones que deben acordar «prestar» los fondos no gastados o comprometidos para cubrir intervenciones en apoyo de la emergencia energética. Habría entonces una reposición posterior de los recursos estatales, el FSC o el Fondo Complementario Nacional conectado al PRN.

Los hermanos de Italia se refirieron a aproximadamente la mitad de los fondos estructurales, no gastados hasta ahora, para cubrir más de 20 mil millones del próximo decreto con las concesiones en las facturas. Los datos más precisos en este momento están contenidos en el seguimiento de abril de la Oficina de Contabilidad del Estado. Si tenemos en cuenta los pagos realizados, al objetivo de 2023 todavía le faltan 30 300 millones de FEDER y FSE (de los cuales 22 000 millones de la UE y el resto de cofinanciación nacional). En cambio, los fondos no comprometidos ascienden a 14 200 millones FEDER y FSE (de los cuales 10,3 de recursos de la UE y el resto cofinanciados). Los técnicos de la Comisión Europea no descartan, también a la luz de las solicitudes que están convergiendo desde varios países, que se pueda replicar el esquema de 2020. Pero subrayan la delicadeza de una nueva reprogramación.

A diferencia de hace dos años, ahora la actuación estaría casi extemporánea porque se está cerrando el ciclo 2014-2020 (los gastos deben completarse en 2023) y los cambios legislativos probablemente llegarían a su fin en los primeros meses del próximo año, dejando muy poco tiempo disponible para identificar nuevos gastos, certificarlos y asegurar su regularidad.



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