Se le pidió al constructor de caminos Gerson Isaza que pusiera piedras de tropiezo en Haarlem. Una tarea especial, en la que no tuvo que pensar por mucho tiempo. Dijo ‘sí’ y desde entonces las historias de judíos deportados de Haarlemmer han cobrado vida para él. “Nunca me di cuenta de lo que pasó, pero ahora que estoy haciendo esto, veo nombres y fechas de nacimiento. Es increíble que esto haya pasado”.
Se colocan 733 piedras de tropiezo en Haarlem. Se trata de pequeñas piedras cuadradas de color dorado que llevan los nombres de judíos deportados de Haarlem. Sus fechas de nacimiento y muerte también están en él. Las piedras estarán frente a las casas donde alguna vez vivieron. Un proyecto especial que se hace cada vez más visible en la ciudad.
Gerson Isaza se conmueve con las historias de las piedras que pasan por sus manos. Ya ha estado en una inauguración oficial. “Pensé que era intenso estar allí por los familiares. Puedes ver la tristeza, tenían que llorar y todavía lo recuerdas”.
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Isaza aún no se encuentra con las piedras de tropiezo en la ciudad, solo cuando va camino al trabajo. Pero él planea llevar a su hija a algunas piedras de tropiezo. “¿No es bueno aprender sobre historia?”
Espera poner él mismo tantas piedras de tropiezo como sea posible. “Tal vez no pueda hacer uno por una vez, porque estoy de vacaciones. Pero espero poner tantos como sea posible”.