Este plan debe salvar la selva amazónica de la destrucción: Brasil combate la deforestación ilegal

El gobierno brasileño ha anunciado sus planes para poner fin a la deforestación ilegal en la Amazonía para 2030. Más de diez ministerios trabajarán juntos bajo un nuevo plan en, entre otras cosas, la prevención e investigación de delitos ambientales.

El plan del gobierno establece, entre otras cosas, que la inteligencia y las imágenes satelitales se utilizarán para detectar delitos. Por ejemplo, las organizaciones financieras pueden señalar pagos por la compra de equipo, como motosierras o excavadoras. El gobierno también quiere establecer un sistema para una marca de calidad de los productos legales de la selva tropical.

Los bosques que están en mal estado deben restaurarse de acuerdo con el plan. La vegetación nativa debe crecer con la ayuda de incentivos económicos para la conservación de la naturaleza y el manejo forestal sostenible. El presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, quien asumió el cargo a principios de este año, ha hecho de la protección del clima una de sus prioridades.

Brasil y más de 40 países más se unieron a un pacto en 2021 con el objetivo de acabar con la deforestación global para 2030. El país estaba entonces dirigido por el político de derecha Jair Bolsonaro. Bajo su presidencia, se aceleró la deforestación en la parte brasileña de la Amazonía.

Comunidad indígena “genocida”

Sin embargo, a fines de mayo, el parlamento aprobó una ley que restringe la demarcación de áreas indígenas. Ese fue un gran revés para el presidente de izquierda, que había revivido las políticas para proteger a los pueblos indígenas y la Amazonía. La deforestación ilegal, la contaminación y el crimen organizado amenazan el hábitat original de los pueblos indígenas.

Crimen organizado

Hace menos de una semana, un exjefe de la policía federal brasileña también alertó sobre el rápido avance de los grupos del crimen organizado en la región amazónica. Él teme que la creciente mafia de las drogas en la región pueda conducir a una situación comparable al violento conflicto de drogas de décadas en megaciudades como Río de Janeiro.

La advertencia llega un año después de los asesinatos del periodista británico Dom Philips y del experto en la Amazonía brasileña Bruno Pereira. Sus muertes expusieron la devastación generalizada de la región y el surgimiento de grupos del crimen organizado en la región amazónica.

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