The New York Times escribe que el entonces hombre de 23 años entró en escena durante una investigación policial sobre un asesinato en un apartamento en 1990 después de una pista sobre un tal Thomas James. Se dice que este homónimo planeó el robo. Una foto del estadounidense inocente fue “reconocida” por un testigo presencial, después de lo cual James fue condenado a cadena perpetua.
Dorothy Walton, la testigo clave e hijastra de la víctima mortal que estaba en el apartamento en el momento del asesinato, dijo sobre el testimonio en ese momento: “Estoy segura, nunca olvidaré su rostro y sus ojos”. Sin embargo, no se encontró ninguna otra evidencia de que James pudiera haber cometido el asesinato. El propio James siempre negó ser culpable y afirmó no haber visitado nunca el apartamento en cuestión.
Durante décadas, los familiares de James trataron de sacarlo, pero todos los intentos fueron en vano. Hasta que Walton admitió en 2019 que dudaba de su testimonio de antaño. Walton, que ahora tiene 79 años, no quería “llevar el error a la tumba” y, por lo tanto, cooperó en un proceso para liberar a James.
El miércoles, el juez dictaminó que James había sido encarcelado por “coincidencia” y es “fácticamente inocente”. Después de pasar más de la mitad de su vida en prisión, el estadounidense fue puesto en libertad. Le dijo a los periodistas que quería “disfrutar de su vida” frente a su madre y su familia.
El verdadero culpable nunca ha sido encontrado. El homónimo de James, quien supuestamente preparó el asesinato, estaba encarcelado en el momento en que se cometió. Otro posible sospechoso ha muerto desde entonces.