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Estados Unidos y el Reino Unido lanzaron una nueva ronda de ataques militares contra objetivos hutíes en Yemen en respuesta a una serie de ataques recientes contra buques comerciales que transitaban por el Mar Rojo.
Los ataques fueron anunciados el sábado en una declaración conjunta de Estados Unidos y el Reino Unido, así como de otros aliados que apoyan la misión, incluidos Australia, Bahréin, Canadá, Dinamarca, Países Bajos y Nueva Zelanda.
La declaración describió los ataques como «necesarios y proporcionados», alcanzando 18 objetivos en 8 lugares que incluían «instalaciones subterráneas de almacenamiento de armas, instalaciones de almacenamiento de misiles, sistemas aéreos no tripulados de ataque unidireccional, sistemas de defensa aérea, radares y un helicóptero».
Los ataques son los últimos en un esfuerzo de Estados Unidos y el Reino Unido para aplastar la capacidad de los hutíes de atacar barcos en el Mar Rojo, lo que han estado haciendo desde noviembre en respuesta a la guerra de Israel en Gaza.
Los ataques contra los hutíes se producen mientras Estados Unidos intenta contener el riesgo de una escalada más amplia de tensiones en el Medio Oriente, pero también quiere proteger sus intereses en la región. Estados Unidos llevó a cabo recientemente ataques contra grupos respaldados por Irán en Siria e Irak después de que tres miembros del ejército estadounidense estacionados en Jordania murieran en un ataque de uno de los grupos.
«Estados Unidos no dudará en tomar medidas, según sea necesario, para defender vidas y el libre flujo del comercio en una de las vías fluviales más críticas del mundo», dijo Lloyd Austin, secretario de Defensa de Estados Unidos, en un comunicado. Añadió que los hutíes “asumirán las consecuencias” si “no detienen sus ataques ilegales”.
Hasta ahora, los hutíes no se han dejado intimidar por los ataques contra sus posiciones en Yemen. La última acción militar de Estados Unidos y el Reino Unido se produce tras incidentes recientes, incluido un ataque con misiles el 22 de febrero que hirió a un miembro de la tripulación del Islander, de propiedad británica. El 19 de febrero, el Sea Champion, de propiedad estadounidense, fue alcanzado por un ataque con misiles mientras entregaba ayuda humanitaria.
El lunes, los hutíes realizaron su ataque más dañino hasta el momento contra un barco comercial con un asalto al granelero seco de propiedad libanesa, el Rubymar. La tripulación se vio obligada a abandonar el barco después de que un misil impactara cerca de la sala de máquinas mientras el barco navegaba por el estrecho de Bab-el-Mandeb en la desembocadura del Mar Rojo.
El Comando Central de Estados Unidos dijo el sábado que el barco abandonado, que se está llenando de agua, había creado una mancha de combustible de 18 millas de largo. También advirtió del riesgo de mayores daños medioambientales por el cargamento del barco de 41.000 toneladas de fertilizante.
Gran parte del transporte marítimo comercial del mundo se ha desviado del Mar Rojo y el Canal de Suez en respuesta a los ataques, tomando rutas que suman dos semanas a cada viaje entre Asia y Europa.
Los hutíes reivindicaron el sábado un ataque contra el Torm Thor, un petrolero que enarbola bandera estadounidense. El Comando Central de Estados Unidos dijo que el USS Mason derribó el misil.