La espesa columna de humo negro del incendio en el parque de Centocelle, en el este de Roma, era visible en gran parte del centro de la capital italiana el sábado. Se pidió a los residentes que permanecieran en el interior y cerraran las ventanas, y se evacuaron cuatro edificios de apartamentos. La enorme brigada de bomberos controló las llamas, pero la frecuencia de los incendios, y especialmente la ubicación, asombró al ayuntamiento de Roma.
Roberto Gualtieri, alcalde de centroizquierda desde el otoño pasado, no quiere prejuzgar la investigación iniciada por el Departamento de Justicia. Pero según él, ya está claro que la mayoría de los incendios se remontan a la participación humana. La investigación debe mostrar si esto sucedió accidental o deliberadamente.
En una entrevista con el diario Corriere della Sera Gualtieri vincula esto con la nueva política de residuos. Una de las promesas de su campaña fue una salida a la persistente crisis de los desechos. Durante años, los contenedores de basura se han abarrotado en las calles de Roma, y ha habido una larga discusión política sobre la construcción de una nueva planta de procesamiento de residuos grande, donde se quemarán los residuos para producir electricidad. Gualtieri enfatiza que esta planta se construirá para que la capital ya no tenga que enviar sus desechos a otras partes de Italia, e incluso a Europa, por mucho dinero, sino que ahora pueda procesar sus propios desechos domésticos.
Los administradores de Roma insinúan que la política de residuos moderna y transparente en la que trabaja Gualtieri está alterando los equilibrios criminales en la capital italiana. Quizás los incendios sean una reacción a esa interrupción del suministro eléctrico. “Según las fuerzas del orden, la cadena de procesamiento de residuos es tradicionalmente la más susceptible a la infiltración de grupos mafiosos”, agrega Gualtieri.
Sabrina Alfonsi, regidora de residuos y medio ambiente, apoya al alcalde en entrevista. Según ella, se produjeron varios incendios en lugares relacionados con los desechos o el procesamiento de desechos.
“El ejemplo más llamativo es el incendio cerca de Malagrotta, en junio, donde se incendió una gran planta de procesamiento de residuos”, dice el regidor. “El sábado el fuego se desató en Centocelle, cerca de donde se descomponen los accidentes automovilísticos”.
Solía haber un campamento de romaníes cerca de ese depósito de chatarra. Ese ya no es el caso, pero el vertido ilegal de residuos, del que a menudo son culpables los romaníes, sigue siendo un problema en esa zona. Según el regidor, el municipio todavía tiene que limpiar periódicamente los residuos allí.
“En cualquier caso, estos incendios no son consecuencia de la falta de mantenimiento”, dice Alfonsi. “En los últimos meses, la ciudad ha cortado el césped del 85 al 90 por ciento de los terrenos municipales como medida preventiva, para evitar el riesgo de incendio. La policía y la justicia deben llegar al fondo de este caso, pero todo esto parece demasiada coincidencia”.
Una versión de este artículo también apareció en el periódico del 12 de julio de 2022.