Esquejes y arbustos: Linda, Marjo y Wendy ponen todo su amor en el bosque alimentario

Los más de seiscientos árboles que se dan tiempo en Stompetoren para convertirse en un bosque en toda regla aún no sobresalen por encima de las flores. Pero en diez años se pueden recoger frutos secos, frutas y bayas. Es el sueño de Linda Appelman y sus dos socios. «Creo en la comida sin rociar a la que se le da tiempo para crecer».

Así nos cuenta Linda Appelman (34), mientras desyerba el campo que arrienda junto a Marjo van der Burg (48) y Wendy Weel (50) de su padre que cultiva brócoli. Los tres comenzaron el bosque de alimentos en Noordervaart en Stompetoren hace un año, además de sus trabajos de tiempo completo.

Mientras los árboles no estén completamente desarrollados, crecen flores y vegetales. «El jardín de recolección y pronto el bosque son un proyecto con y para nuestro medio ambiente», le dice a NH en el video de arriba. “Trabajamos con decenas de voluntarios del barrio que ayudan a cuidar las plantas y los árboles”.

«También miras las verduras de manera diferente; ves lo que tienes que hacer para obtener una buena lechuga», dice la voluntaria Marjon Dekker, quien pasa mucho tiempo en el bosque de alimentos después de su jubilación. Su colega voluntaria Emma Molenaar también está motivada por el proyecto: «Es bueno estar ocupado en la naturaleza y crear una especie de ecosistema».

Las ganancias de las flores y verduras que ahora se cultivan se colocan en el bosque de alimentos, para el cual han establecido una fundación. El bosque de alimentos anexo al jardín de recolección en Schermer no es único. Los bosques alimentarios están apareciendo en cada vez más lugares, lo que contribuye a la producción sostenible de alimentos, biodiversidad y la crisis climática.



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