España amplía el impuesto sobre las ganancias extraordinarias a bancos y empresas energéticas


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España extenderá un año más un controvertido impuesto a las ganancias extraordinarias para los bancos y las empresas de energía, pero ha suavizado el golpe a algunas empresas que se oponen al introducir una exención fiscal para las inversiones verdes.

El primer ministro Pedro Sánchez anunció el miércoles que el impuesto de dos años se prorrogaría a un tercer año después de la última reunión de su gabinete en 2023, una medida que enfadará a las empresas que lo han criticado por considerarlo injusto y perjudicial para las empresas.

El impuesto se introdujo para financiar medidas destinadas a aliviar el impacto de la inflación en los ciudadanos españoles, incluida la financiación de subvenciones al combustible y al transporte público. Se centró en las empresas que, según el gobierno, se habían beneficiado más de las altas tasas de interés y precios de la energía.

Se prevé que el impuesto recaude unos 3.000 millones de euros en 2023, su primer año, y ahora también será pagadero en 2024 y 2025.

Pero en una enmienda significativa al impuesto a las ganancias extraordinarias, Sánchez dijo que el gabinete había acordado permitir que las empresas de energía dedujeran el valor de ciertas inversiones de sus ingresos o ingresos imponibles.

El primer ministro dijo que las empresas podrán, a partir del 1 de enero, deducir “inversiones estratégicas vinculadas a proyectos industriales y también vinculadas a la descarbonización del sistema productivo de nuestro país”.

Sin embargo, no hubo alivio para los bancos. Un alto funcionario del gobierno señaló que, aunque las tasas de interés habían bajado, los márgenes de ganancia de los bancos seguían siendo altos. “Entonces el argumento [for relief] hay menos sólidos”, dijo el funcionario.

Para los bancos más grandes de España, el impuesto es un gravamen del 4,8 por ciento sobre sus ingresos por intereses y comisiones. Las grandes empresas energéticas pagan un impuesto del 1,2 por ciento sobre sus ingresos.

Cuando dio a conocer el plan para el impuesto en 2022, el gobierno argumentó que estaba promoviendo la “justicia fiscal” para que las empresas con mayores ingresos “hagan un esfuerzo para ayudar a la mayoría de la sociedad”.

El impuesto a las ganancias extraordinarias ha sido criticado por bancos como Santander y CaixaBank y grupos energéticos como Repsol e Iberdrola.

La mayoría de las empresas afectadas han presentado recursos contra el impuesto ante la Audiencia Nacional de España y lo han impugnado directamente ante la agencia tributaria española después de realizar sus primeros pagos. El gobierno ha manifestado su confianza en que el impuesto resistirá los desafíos legales.



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