Por Alina-Doreen Gröning
Un viajero se apresura a su andén mientras un vagabundo bebe su cerveza frente a la entrada de la estación. La vida cotidiana en Hardenbergplatz, pero las cosas pronto cambiarán aquí. ¿Qué dice la gente del zoológico de Bahnhof sobre esto?
Detlef Richter (57) ha estado dirigiendo autobuses todos los días desde 1983: “Este es el único estacionamiento gratuito para autobuses en City West. Realmente espero que este lugar no desaparezca debido a la reestructuración”.
A Richter le gusta lo que ha sucedido aquí en los últimos años: más tiendas, más escaleras mecánicas, más ascensores y baños limpios. La estación del zoológico solía ser un “lugar bajo toda dignidad”.
Pero los cambios previstos también le preocupan: “Llevo aquí casi 40 años, conozco gente nueva todos los días y conozco a muchos de los conductores de autocares desde hace años. Una parte de mi vida se rompería para mí”.
La viajera Katja Z. (44) de Nauen espera sobre todo que finalmente esté más limpio: “Cuando cambio de tren aquí a las 6:30 a.m. de camino al trabajo, es espeluznante: la basura que hay por ahí y, sobre todo, el hedor”.
Para Aurelian (54), el zoológico de Bahnhof es “mi hogar”. Lleva doce años sin hogar y vive aquí: “Seré el último en dejar este lugar. No seré expulsado.