Reeves declaró el estado de emergencia. Las autoridades tendrán que entregar agua a unas 180.000 personas por tiempo indefinido, dijo el gobernador. A menudo hay poca o ninguna presión sobre el agua del grifo. El agua que aún sale del grifo podría no estar tratada y, por lo tanto, ser peligrosa para beber.
La ya obsoleta infraestructura de tratamiento de agua cerca de la ciudad ha sido dañada por las inundaciones. Jackson ha luchado con problemas de suministro de agua durante años. Mississippi es el estado más pobre de los Estados Unidos.